El periplo de Correa

La más importante declaración formulada por el expresidente Correa es aquella en que afirma que volverá a ser candidato presidencial en el año 21, es decir, que pretende reemplazar a Moreno en la administración del Estado, que durante su largo ejercicio no fue un ejemplo de eficacia y honestidad.

Está planteada la consulta popular que, de ser aprobada, derogaría la malhadada circunstancia de la reelección indefinida que quiso mantener Correa para convertirse en gobernante vitalicio, como lo es ya al ser presidente vitalicio del partido Alianza PAIS, que ahora resulta dividido en dos facciones, la más importante de las cuales se adhiere al presidente Moreno. Si Correa aspira a la candidatura presidencial debería, en primer término, ganar la consulta popular, o sea, mantener la reelección indefinida. Al parecer, de acuerdo con las adhesiones que se van recibiendo, el Sí para la derogatoria de ese emplasto antijurídico y antinacional ganará arrolladoramente y entonces la candidatura presidencial a que aspira Correa no será más que un sueño en la noche de verano. Pretender optar por ella sin tener en cuenta el resultado de la consulta popular es una más de las arbitrariedades a las que estuvo acostumbrado durante la década en que usufructuó del poder. Sin embargo, hay ciertas consideraciones que se deberían hacer una vez aprobada la derogatoria de la reelección indefinida, como la posibilidad de expedir una ley que regule el voto mayoritario del Sí en la consulta popular. O esperar que los organismos pertinentes del sufragio popular actúen en consecuencia e impidan la arbitrariedad de una nueva candidatura de Correa, que además por lo visto, en su retorno ha perdido notablemente la que fue su anterior popularidad. Hoy, bajo otro gobierno, se nota que sus reelecciones contaron con el abuso de los recursos públicos para lograr sus victorias.

Faltan cuatro años para el nuevo período constitucional y es muy aventurado afirmar que sin tener en cuenta ese lapso se está esgrimiendo la posibilidad de una candidatura. Pronto se podrá observar en qué estado crítico ha quedado el ala correísta de eso que llaman Alianza PAIS, porque hasta quienes fueron partidarios acérrimos de Correa se han pasado al otro lado, al del actual presidente Lenín Moreno.