Ni perdon ni olvido
12 días de movilizaciones y bloqueos por los indígenas, sindicalistas del volante y centrales de trabajadores, respondieron a un plan perfectamente estructurado por los correístas para convulsionar al país, desestabilizar al Gobierno, generar las condiciones de caos necesarias para tumbarlo y adelantar las elecciones; recuperar el poder, rearmar la estructura de corrupción e impunidad, y continuar con su cartel delincuencial asociado con los carteles del narcotráfico para que sigan utilizando al país como territorio de tránsito, acopio, exportación y lavado de activos; mientras ellos siguen esquilmando los dineros de todos.
Basta ver el video en el que Ricardo Patiño el 27 de octubre de 2018, en Latacunga, instruía a un grupo de sus seguidores, manifestando: “...ahora estamos en mejores condiciones para realizar actividades que van a ser reprimidas, vamos a prepararnos para esa represión, tenemos que tomarnos las instituciones públicas, cerrar los caminos...”. Por dichas declaraciones, Patiño fue llamado a juicio por el juez Marcelo Palomo, por el delito de instigación.
En el paro provincial de Carchi, el 24 de septiembre de 2019, midieron la capacidad de reacción, firmeza o debilidad del Gobierno. El 2 de octubre de 2019, Jaime Vargas, dirigente de la Conaie; Nelson Erazo del Frente Popular, y Mesías Tatamuez, del FUT, manifestaban: “la próxima semana iniciarán movilizaciones y paralizaciones en todo el país”.
El 3 de octubre de 2019 se inició la implementación del plan expresado un año antes por Patiño, ejecutado por el indigenado, y sindicalistas, fecha en que Gabriela Rivadeneira y su bloque correísta solicitaron públicamente destituir al presidente Moreno y adelantar las elecciones.
Los revoltosos incurrieron según el COIP, en concurso de delitos tales como: ataque o resistencia, art. 283; rebelión, art. 336; sabotaje (suspender producción de crudo); paralización de servicio público, art. 346; incitación a discordia entre ciudadanos, art. 348; instigación, art. 363; terrorismo, art. 366.
Definitivamente, para estos vándalos golpistas, ni perdón ni olvido.