Encuentro. Trump y la canciller Ángela Merkel, ayer en la Casa Blanca.

El Pentagono se pone firme con sus marines

Pesquisa. El Servicio Secreto anunció que lanzó una investigación sobre el robo de una de sus computadoras portátiles, aunque no precisó qué contenía.

El Pentágono batalla en un nuevo frente, pero este se encuentra en las redes sociales y los implicados son sus soldados. El Departamento de Defensa reconoció esta semana que el escándalo por la publicación de fotos de marines desnudas en grupos privados de Facebook representa un reto inédito. Mientras investigan a los culpables, los responsables del Cuerpo de Marines han admitido las dudas sobre si el código de conducta y la justicia militar están preparados para lidiar con el acoso en la red.

Hace dos semanas que un veterano reveló, a través de una publicación online, la existencia de un grupo privado de Facebook en el que participan más de 30.000 militares y en el que se compartían fotos de marines desnudas. Algunas habían sido tomadas sin su consentimiento y otras fueron enviadas por sus exparejas. La mayoría estaba acompañada de lenguaje sexista y derogatorio, y muchas contaban con detalles como la identidad de la víctima y la base militar donde estaba destinada.

“El Cuerpo de Marines en el que he servido durante 40 años tiene un problema y el mayor reto está en nuestra cultura”, declaró el comandante de los Marines Robert Neller ante el Comité de Fuerzas Armadas del Senado. Neller pidió dirigirse en su intervención a todos los militares que han pasado por la división más prestigiosa del Ejército de EE. UU. “¿Qué más tienen que hacer las soldados para ser aceptadas?”.

Tras anunciar una investigación que abarca ya todas las ramas del Ejército de EE. UU. por el acoso a las soldados en casi una docena de páginas online, el Pentágono anunció el miércoles nuevas reglas para el uso de las redes sociales. El código establece ahora que cualquier marine que publique en Internet contenido que difame, amenace, acose o discrimine a otra persona será castigado por un tribunal militar.

“Una fuerza especial de los marines identificará el alcance de este problema con respecto a la conducta online, al acoso y a la subcultura de misoginia”, afirma el capitán Ryan Alvis, un portavoz del Cuerpo.

El almirante John Richardson, jefe de operaciones de la Marina, se dirigió, por su parte, a sus filas en un comunicado que insta a denunciar cualquier agresión de la que sean testigos y que reten a sus superiores. “He oído cientos de veces que esto es cosa de una minoría. Demuéstrenlo”, escribe Richardson. Como él, el sargento Mayor de los Marines Ronald Green afirma que “debemos darnos cuenta de que quedarse en silencio es consentir”.

El comandante Neller explicó a los senadores que el Pentágono debe cambiar la cultura desde las escuelas y los centros de reclutamiento, el primer lugar de contacto de los futuros soldados con la institución.

Sin embargo, Neller reconoció que también deberán resolver dónde acaba la libertad de expresión de los soldados en la red y empieza el delito por acoso, así como los recursos que debe emplear el Ejército para vigilar a sus propios miembros.

Frente a él, algunas de las declaraciones y preguntas más duras llegaron de parte de las senadoras participantes en el Comité de Fuerzas Armadas.

Ante el comité, el grupo de veteranas ‘No En Mi Nombre’ aseguró que han denunciado este tipo de acoso durante varios años. “Nos rechazan constantemente. Nos dijeron que tuviéramos más aguante. Que esto es un club de hombres”. Alegan que varias denunciantes, tras ser acosadas online y avisar a sus superiores, se han visto forzadas a abandonar su carrera militar. “La cadena de mando ha fallado y sigue fallando a las víctimas de agresiones sexuales y acoso”, afirman.