Cuando esta columna se publique, el nombre del nuevo presidente de Brasil estará definido. Seguramente será el candidato Jair Bolsonaro, que según los últimos datos aventajaba con 10 puntos a Fernando Haddad.

La posibilidad de que Bolsonaro llegue al poder ha conmocionado a la región. La situación de Brasil es extrema: pocos meses antes, el expresidente Lula da Silva, encarcelado por corrupción, era el candidato favorito para ganar las elecciones. Durante su largo período presidencial, Lula se movió más a nivel internacional y dejó el escenario político latinoamericano en manos de Hugo Chávez, presidente entonces de Venezuela. Ahora que Lula no puede participar y no hay ningún candidato de los partidos democráticos de Brasil, la balanza se inclina hacia la extrema derecha representada por Bolsonaro.

La oscilación política del país más poderoso de América del Sur muestra la frustración de un importante sector de ciudadanos que sienten que sus necesidades más importantes, como seguridad y empleo, han sido descuidadas mientras la corrupción y la inflación devastan a una de las economías que fue considerada entre las más florecientes a comienzos del siglo XXI.

Pero el posible triunfo de Bolsonaro no oculta un país dividido. En la primera vuelta, el 95 % de los municipios más ricos votó a su favor, mientras Haddad ganó de forma aplastante en los más pobres.

Geopolíticamente, para la región y pese a las duras declaraciones del candidato Bolsonaro contra el régimen dictatorial y corrupto de Venezuela, lo más probable es que las políticas del nuevo presidente se queden en Brasil. No será fácil la posibilidad de acuerdos regionales específicos entre presidentes de partidos de centroderecha de ideología liberal como Iván Duque, Sebastián Piñera o Mauricio Macri con Bolsonaro sobre la forma concreta del retorno a la democracia en Venezuela. Pero Bolsonaro podría influir para que EE. UU. deje de comprar petróleo a Venezuela y se ejerzan reales presiones al régimen cubano para que sus servicios de seguridad no sigan apoyando en la represión a los venezolanos.

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