Con la llegada de la Navidad y las cenas de empresa, la sangre y las hormonas se alteran. Tanto así que dan mucho que hablar al día siguiente.

Que pasa luego de la (intensa) cena navidena con tus companeros de trabajo

Con la llegada de la Navidad y las cenas de empresa, la sangre y las hormonas se alteran. Tanto así que dan mucho que hablar al día siguiente. ¿Qué crees tú que pasa?

Todo comienza con el goce de los alimentos; risas van, risas vienen. Luego, un vinito o unas cervezas bien heladas. Después llega el momento que muchos ansían durante horas: la barra libre, música y el ‘after’.

Pero antes de dirigirse a una casa, jefes y compañeros quieren disfrutar de todo lo que se les ponga por delante. Una copa por allí, un trago por allá... y sin darte cuenta, estás bailando ‘La Macarena’ o simplemente cantando y hablando en otro idioma dándolo todo con el que después de algunos años de empresa no habías cruzado ninguna palabra hasta ese momento.

Carmen Silva, psicóloga clínica, explica a EXTRA que los comportamientos de esa noche se deben a “pensamientos reprimidos” en las personas, que florecen por el ambiente festivo y por el licor que se bebe.

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“Cada quién sabe cuán es su límite. Aún sabiéndolo, quieren sentirse especiales o almas de la fiesta porque en su interior piensan que deben aprovechar esas horas de fraternidad con quizás alguien que le guste”, dice Silva.

Según datos de una encuesta de la web de citas Meetic, con corte de 2018, solo el 10 % de los hombres dijo que nunca engañaría a su pareja con alguien del trabajo en una fiesta navideña, pero el porcentaje aumentó cuando se les preguntó a ellas: el 20 % nunca sería infiel con un compañero.

Sin embargo, el 33 % de estas mujeres, registradas en esta red social que roza ya los 6 millones de miembros en más de 33 países, admitió haber ‘vacilado’ con sus compañeros de trabajo en estas fechas, y el 29 % de ellas lo hace más cuando se aproximan dichos eventos.

La experta menciona que lo malo no es la cena de Navidad, sino lo que pasa después de ella. Según Silva, en Ecuador es normal que compañeros acaben mentiéndose en el baño, o que al salir algunos compartan el taxi de vuelta a casa, a pesar de que ambos puedan estar casados.

“La infidelidad en Navidad existe y estas fiestas son la excusa para el libertinaje”, afirma. “No tenemos que hacernos los ciegos ni lo sordos; ¡está es la realidad!. Pese a que Ecuador es un país de mucho recato, abundan los ‘tapiñados’”, indica. Pero hay personas que fracasan en este intento de seducción festivo.

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Las cenas navideñas guardan muchos secretos que no se quedan allí, sino que pueden llegar a ser reveladas por tus compañeros de trabajo.

EXTRA te trae algunas experiencias de personas que han hecho ‘locuras’ después de la dulce ‘cenita’ de Navidad.

EXPERIENCIAS ‘LÁMPARA’

Georgina

“No tengo ningún problema en disfrutar del sexo con quien y cuando me apetece”, dice Georgina, oficinista en Guayaquil. Para ella, todo depende de la temporada y del humor que tenga, pero normalmente “siempre tengo sexo en las cenas de empresa”.

La joven de 26 años dice a EXTRA que no ve nada de malo si lo hace con algún compañero de la empresa cuando ve algo interesante en él, pero asegura que nunca se ve proyectada a tener sexo con sus camaradas. “El tema está en que si he bebido mucho y el chico está ‘bueno’, no le veo ningún problema”, comenta.

Carolina

Asimismo, hay personas que no intiman con alguien conocido (de la empresa) por los comentarios al lunes siguiente. “Si soy sincera, prefiero que no sea con alguien conocido porque la gente del trabajo suele ser muy chismosa y luego van diciendo si te has acostado con uno o con otro”, cuenta Carolina, fotógrafa de un medio de comunicación.

A su vez, dice que sí ha tenido relaciones sexuales con hombres casados y con hijos por el calor de las copas y de la noche. “Creo que puedo hacer lo que sea porque estoy soltera. Son ellos los que deben preocuparse, pero por desgracia, esta sociedad dirá que ‘la grilla’ soy yo”, sostiene la joven.

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Jéfferson

“Un hombre, por respeto, no tiene memoria”, es la frase que dice Jéfferson Narváez, cajero de un Banco en Guayaquil, quien ha hecho “maldades” con sus compañeras de trabajo en la cenita navideña.

“El que come callado, come dos veces. Hay momentos en que las chicas te dan señales que quieren algo y uno debe saber captar esos mensajes”, sugiere el joven de 28 años.

CONSEJOS DE LA EXPERTA

- Las cenas de empresa de Navidad son un momento de desinhibición, nos comportamos diferente porque forman parte del ocio y no del trabajo. Pásalo bien pero ten en cuenta que en dos semanas se volverán a encontrar compañeros. No prometas cosas que luego no cumplirás.

- Nuestro comportamiento se adapta a los contextos en que nos movemos para adecuarnos a lo que la sociedad espera de nosotros. También varía según el tipo de relación que tenemos con cada persona. Si nuestra chica o chico no nos presta la atención que esperamos, es mejor no tentar al diablo.

- Los celos por las cenas de navidad de nuestras parejas son habituales aunque no saludables. Si tu pareja “lo da todo” en la cena de navidad con sus compañeros y contigo nunca sale a divertirse aprovecha para decirle: ¡Vámonos de cena, donde el postre seas tú!

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