A partir de hoy 7

Leí por allí que si alguien o algo puede alterar nuestra felicidad, significa que no es nuestra, ya que no tenemos control sobre ella. Por ello les propongo que en diciembre le digamos adiós a la tristeza.

Difícil, sí, imposible, no. Si imaginamos que tenemos tres casilleros mentales abiertos, podemos poner en el primero todas esas penas que sabemos que aún estarán presentes en el 2019, pero a ese casillero pongámosle doble llave. En el segundo pongamos, con una llave nomás, los problemas que nos afectan pero que sabemos que con un poco de esfuerzo los podemos trabajar. Y en el tercer casillero, las angustias tontas, aquellas que no tienen razón de ser. Esas, al terminar su análisis saldrán de su casillero mental y desaparecerán.

Cuando les conté a mis hijas que escribiría sobre lo profundo del ser humano, mi hija Mónica, de quien me siento orgullosa, me escribió así: “Si te dicen que te quedan 15 días de vida, ¿vivirías tu día a día como lo haces ahora? La respuesta de la mayoría de las personas es no... ¿Qué cambiarías? ¿Con quién quisieras pasar ese tiempo? ¿Qué harías que siempre quisiste hacer? Tenemos mil cosas que cambiaríamos, pero vivimos una vida marcada por los estándares de la sociedad, estándares que cada vez son más materiales. Equivocadamente creemos que el éxito y los logros son la cantidad de dinero en nuestras cuentas, las ganancias de tu empresa, tu auto, o cuántos “seguidores” tienes en las redes sociales.... Pero lo triste es que cada vez que nos acercamos más a ese “éxito” nos alejamos más de nuestra verdadera misión, de nuestra esencia, de lo que realmente nos hace felices. Cierra los ojos y por unos instantes imagínate que no existe el qué dirán, que eres libre para ser y hacer lo que quieres. Siente lo que quiere tu alma, háblate en voz alta a ti mismo. Nadie te escucha, solo tú... ¿Qué es lo que realmente quieres hacer...? Somos únicos, ¡somos libres! Dios nos hizo este regalo para que seamos felices. ¿Qué tal si le ponemos coherencia a nuestra existencia, entre lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos?”.

Me uno a su llamado.