El parque fantasma
Las serpientes no eran el reptil más temible de la “selva”, sino los sádicos que ultrajaban a niñas “de diez o doce años” entre orondos arbustos y montes espigados. Así que Carmita de Guaranda, olvidando su condición de teóloga, los ahuyentó a punta de
Las serpientes no eran el reptil más temible de la “selva”, sino los sádicos que ultrajaban a niñas “de diez o doce años” entre orondos arbustos y montes espigados. Así que Carmita de Guaranda, olvidando su condición de teóloga, los ahuyentó a punta de revólver. “No podía permitir tantas barbaridades”, atestigua a EXPRESO la expresidenta del Comité Pro-Mejoras Unión Cívica de la Ciudadela la FAE.
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