Organicemonos

Cuando una sociedad está en dificultades -cualesquiera que sean los motivos de las mismas- y como colectivo ella solo las comenta, pero no evidencia una capacidad organizada de reacción, el riesgo crece y adquiere condiciones de peligro.

Múltiples son las dificultades, viejas y nuevas, que enfrenta la sociedad ecuatoriana; la afectan desde la corrupción al desempleo, pasando por la inseguridad. Esta última ataca en todos los sectores sociales y no respeta edades ni sexos. Están inseguros nuestros niños hasta en sus locales escolares; sus madres y sus hermanos en el vecindario donde viven. Están inseguros sus padres en la ruta cotidiana hacia su trabajo o en el retorno a sus hogares. Estamos inseguros todos hasta en los lugares de esparcimiento, que poco a poco van dejando de ser tales puesto que el común de la gente no quiere frecuentarlos en razón del miedo de lo que en ellos puede pasar.

Como no podemos encerrarnos, la pregunta es: ¿cuántos barrios están organizados en función de garantizar mejor la seguridad de sus habitantes? Sin duda hay algunos. Y el haber estructurado comités de vigilancia les ha reportado beneficios pero, la mayor parte vive en un individualismo que lo vuelve sumamente vulnerable. El vecino no sabe quién es el vecino y obviamente poco le importa lo que pueda sucederle a seres que no conoce y que apenas sí saluda cuando se los encuentra, circunstancialmente.

Dicho de otro modo, frente a las complicaciones cotidianas los delincuentes están más organizados que los ciudadanos y así llevan las de ganar. Es imperativo que con el apoyo de las autoridades provinciales y cantonales y sus departamentos de desarrollo comunitario, en coordinación con las diversas policías, los habitantes de cada barrio estructuren células para la autodefensa, que también pueden cumplir otras acciones más gratas, tales como el compartir esfuerzos para organizar actividades culturales en toda la amplia gama en que son posibles: desde conferencias sobre temas convocantes hasta exposiciones o concursos, incluyendo cine o teatro. Por supuesto, actividades deportivas también. ¡Ojalá!