Una oportunidad historica

La vida, ese extraño e impredecible proceso de nuestro tránsito terrenal, tiene complejidades todavía indescifradas. Y en buena hora que así suceda. Sería espantoso el aburrimiento si conociésemos por anticipado las rutas del devenir.

¿Soñaría alguna vez Lenín Moreno, durante sus años mozos, en llegar a la Presidencia de la República? Nacido en una remota provincia oriental tuvo, sin embargo, vivencias políticas desde su infancia y, sin duda, albergó sueños trascendentes de contribuir a darle mejores días a la pequeña patria en que nació. Después la desventura lo sentó en una silla de ruedas y pareciera que eso, lejos de disminuirlo, acrecentó la calidad de sus quimeras.

De pronto, dio un salto grande en el escenario de la esclerosada política nacional y llegó a la Vicepresidencia de la República. Con seguridad pensó que allí culminaría su vida pública. Luego de una meritoria actividad en pro de los discapacitados, cargando con un enorme lastre de autoritarismo creciente en sus espaldas, partió a Ginebra y allá lo fueron a buscar para insistirle en que sea candidato a la primera magistratura. Le impusieron desde su compañero de fórmula para abajo. Lo que sigue lo conoce un país al que ahora está sorprendiendo.

Grato es decirle que tiene una oportunidad histórica de transformar el mal rumbo de la República. Ya ha logrado un gran soplo de aire fresco. Ahora tiene que superar, con el esfuerzo de todos, el clima de impunidad que aún subsiste.

Si los culpables del asalto sufrido por la nación no son sancionados, se estimulará una perniciosa impunidad que hará del saqueo a los fondos públicos una norma de convivencia al uso. Cada vez se escucha más aquello de que acceder a un cargo público y no volverse millonario es evidencia de un gran pendejismo.

La cuestión es no dejarse pescar y para ello basta una adecuada conexión y la complacencia del gran corruptor, ese que por acción o por omisión es el responsable de haber convertido los sobornos en propinitas, las coimas en honorarios.

Con el esfuerzo de todos, los próximos cincuenta días tracemos en paz caminos amplios, limpios, seguros.