Chavismo. Simpatizantes del oficialismo, disfrazados a la usanza del Libertador, durante una marcha en Caracas contra la decisión del jefe de la OEA.

La OEA debate propuesta para dialogo en Venezuela

La oposición venezolana exigió a las autoridades electorales acelerar un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro para evitar un estallido social, en momentos en que la Organización de Estados Americanos (OEA) discute la grave crisis en el país petrolero.

Una comisión de diputados de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -mayoritaria en el Parlamento- entregó ayer ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusa de aliado del chavismo, un texto para exigirle que fije las normas y fechas de los pasos para convocar el referendo.

“Exigimos a las autoridades electorales que se pongan a tono con la historia, con el sufrimiento del pueblo y liberen las barreras que impiden que el referendo sea este año”, dijo el vicepresidente parlamentario, Enrique Márquez, quien encabezó la misión legislativa.

En tanto, ante miles de jóvenes socialistas concentrados en las afueras del Palacio de Miraflores, Maduro convocó a grandes movilizaciones en todo el país contra el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, quien convocó a sesión urgente para tratar el caso de Venezuela, pedido que había hecho la oposición de ese país.

Maduro anunció que demandará judicialmente a la directiva del Parlamento y los diputados que pidieron a la OEA aplicar la Carta Democrática, por “usurpación de funciones” y “traición a la patria”.

Para la oposición, el tiempo apremia, pero el proceso es engorroso. Hoy apenas concluye la revisión de 1,8 millones de firmas que le entregó la oposición hace un mes para activar el referendo. Luego deberán ser validadas con huella y recoger otras cuatro millones de rúbricas para convocar la consulta.

Según la firma Datanálisis, 70 % de los venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar el mandato de Maduro, se necesita más de los 7,5 millones de sufragios con que fue elegido en abril de 2013.

A la presión internacional y de la oposición se suma el malestar popular ante el agravamiento de la escasez de alimentos y medicinas, y el costo de la vida. El país petrolero tiene la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 700% para 2016).

Invocando el martes la Carta Democrática, Almagro argumentó la crisis económica, social, política e institucional que sufre Venezuela.

Ayer, la OEA discutía una declaración propuesta por Argentina para propiciar el diálogo en Venezuela, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente marcada por las diferencias de enfoque sobre la situación del país sudamericano. “Es un texto conciliador y moderado”, dijo el representante alternativo de Argentina, Julio César Ayala.

Maduro asegura que el gobierno se mantendrá en la mesa de diálogo. Pero el líder opositor Henrique Capriles sostiene que con esto busca “lavarse la cara, porque en este momento la opinión internacional es contra el gobierno”.

“Pronto serán todos los países apoyando al pueblo venezolano que quiere revocatorio”, afirmó Capriles, al comentar las acciones de la OEA.

“No es la solución inmediata a nuestros males... luego de un camino más o menos largo, la peor situación para Venezuela sería su suspensión de la OEA”, estimó el constitucionalista José Ignacio Hernández.

Almagro pidió que la OEA discuta el tema en sesión extraordinaria entre el 10 y el 20 de junio, al considerar que existe en Venezuela “alteración del orden constitucional” que afecta gravemente “el orden democrático”. “Sabemos que lo que viene es una intervención, inclusive armada (...) El imperio decidió que es la hora de tomar nuestros recursos”, afirmó la canciller Delcy Rodríguez.