Ocaso en la filosofia

Este año se cumple medio siglo de la publicación del libro La filosofía latinoamericana como filosofía sin más, del filósofo mexicano Leopoldo Zea. Esta obra fue una respuesta a la crucial pregunta que el filósofo peruano Augusto Salazar Bondy lanzó el año anterior: “¿existe filosofía iberoamericana?”

La disputa parecía quedar restringida a los filósofos y a los que entonces se llamaban historiadores de las ideas. El telón conceptual de fondo era la teoría de la dependencia. La demanda de Salazar no era exclusiva de un gremio de filósofos, sino de muchos de los que hacían ciencia social y en general, los intelectuales calificados de “progresistas”.

Sorpresivamente, algunos de sus postulados han vuelto a aparecer de forma militante en estas últimas décadas, probablemente porque las generaciones de políticos e intelectuales que de jóvenes se identificaron con la teoría de la dependencia de los años sesenta, no han revisado sus fidelidades juveniles ni los fracasos de esa teoría. Los dislates de Maduro y de su canciller, por ejemplo, que recitan como autómatas, coreados por la cofradía de los socialistas del siglo XXI latinoamericanos, el libreto de la oposición dominador-dominado.

Lo que preguntaba Salazar era el porqué de la falta de un pensamiento filosófico propio en la región. No se refería a que no hubiese enseñanza de ella, tampoco a que no hubiese facultades de filosofía. Lo que existía como filosofía, estoy pensando en Alberdi o Vasconcelos, carecía del rigor del método de la europea, pero sobre todo, de su profunda intuición de las complejidades de la época. Basta recordar el concepto de “Geist”, espíritu en Hegel, como clave de la Modernidad.

Salazar, incómodo, echaba mano de la condición de dependiente para explicar esta carencia. Zea, un verdadero “maître à penser” (en francés, maître es maestro pero también amo), resolvió aparentemente el problema. Siempre habíamos hecho filosofía: lo importante era su recepción, cómo habíamos entendido y desarrollado el pensamiento venido de Europa y de Estados Unidos.