Obama en America Latina

a mediados de marzo el presidente Obama visitará seguidamente dos países latinoamericanos, Cuba y Argentina. No serán solo encuentros con el presente -la agenda es intensa en ambos casos- sino que estarán cargados de simbolismo por su significado histórico y por las alternativas que abren para el futuro.

En el caso argentino, el presidente de los EE. UU. llega en los momentos en que la democracia, entendida no como la dictadura que de facto concede una mayoría votante sino como la división de los poderes que garantiza las libertades, trata de desmontar el autoritarismo de doce años de gobierno. Y simbólicamente coincide para abolir al pasado, con los cuarenta años del golpe militar de 1976, dirigido por los militares que terminaron con el régimen tambaleante y sin dirección de Isabelita y del ‘Brujo’ López Rega.

Los EE.UU. de hoy no son los de hace cuatro décadas, incluida la posibilidad ominosa de Donald Trump. Hay una línea divisoria clara entre el Washington anterior al final de la Guerra Fría y el que ha venido después, tolerante y democrático, capaz de escuchar inmutable los ataques -más de ‘marketing’ que de otra cosa- de presidentes paradójicamente obsesionados por los años sesenta y setenta del pasado siglo y los despidos de embajadores declarados personas non gratas.

La generación argentina actualmente en el poder tiene por su parte un futuro que construir y no un pasado que vengar.

En realidad, Obama es la tercera figura que visita al presidente Macri; ya se adelantaron el primer ministro italiano Renzi y el presidente francés Hollande. Todo un mensaje del nuevo clima que se respira en el país.

La visita a Cuba tiene también enorme significado histórico: la abolición de la guerra fría en América Latina y la secularización de la política. Su posición al anunciar el viaje ha sido coherente con lo que implica terminar con dicha guerra. Su viaje es para promover “los esfuerzos y avances que mejoren la vida de los cubanos”, como destacaba El País de Madrid, y promover los valores democráticos, como la libertad de expresión.

colaboradores@granasa.com.ec