Tener nueva vision de lo rural

El Ecuador ha cambiado la relación y dinámica demográfica entre campo-ciudad. Así se fue configurando una nueva modalidad de sociedad, economía y de comprensión de ella. Desde 1950 al presente se invirtió el porcentaje de su población. Ayer fue del 65 % rural y 35 % urbana. Hoy es a la inversa.

Si el cambio solo fuera de índice poblacional, esto sería sencillo. Pero no es así. Se derivan hechos que afectan aspectos socioeconómicos, políticos, culturales, educativos, ambientales, etc. En el fondo, tal cambio de porcentaje de la población del campo y la ciudad dice que un menor número de trabajadores del área rural debe alimentar a mayor número de habitantes de las urbes.

Las proyecciones de población para el 2016 son de 16’528.730 habitantes, 6’154.224 en el área rural y 10’374.506 en las urbes. Por esto un habitante del campo debe producir alimentos para 2,7 personas del país. Esto muestra un creciente desequilibrio entre estos dos segmentos, lo cual, unido a factores y procesos derivados implica que en el país hay que cambiar la visión de la ruralidad.

Se debe considerar que el campo no solo proporciona seguridad alimentaria a las ciudades grandes, medianas y pequeñas, sino además que su producción, especialmente la del litoral, genera agroexportaciones que se traducen en divisas para la economía y el comercio exterior. El 2015 produjo aproximadamente 6 mil millones de dólares, cifra similar a lo que aporta el petróleo. Esto indica que en la actual situación de caída de precio del petróleo es la agroeconomía rural la que sustenta el comercio exterior y la que provee de dólares al país.

Todo esto nos conduce a la necesidad de plantear un cambio de la visión que se tiene respecto al campo y a su población. Es decir que los gobernantes y los dirigentes del país deben tener otra comprensión de la ruralidad, más acorde con las nuevas condiciones, con mayor preocupación, atención y solución a los problemas y demandas que salen de este importante sector de la economía nacional y de la sociedad ecuatoriana. Por esto se dice que hay que cambiar la percepción tradicional que se tiene de la ruralidad.

La proximidad de las elecciones del 2017 es un buen momento para que quienes aspiran a gobernar comprendan de otra manera la ruralidad, su sociedad y su aporte a la economía nacional.