La rueda tiene 36 cápsulas con capacidad para seis personas, con un peso de 75 kilos cada una.

La noria, 20.000 vueltas en un ano

La Perla del malecón aún no recupera la inversión. Es su primer aniversario en la urbe.

Reina. La Perla instalada hace un año a orillas del malecón sigue siendo la única de su tipo en América Latina, pese a que Argentina amenazó con destronarla en meses pasados.

A un año de su apertura al público, este mirador móvil no ha recuperado su inversión, que se acerca a cinco millones de dólares; pero esto no representa crisis, asegura Martín Schwartz, representante de Reprolimit, la compañía que instaló la rueda gigante en el malecón en octubre de 2016.

A la noria se han subido aproximadamente 800.000 personas desde su primera vuelta, protagonizada, un día antes de su apertura, por el alcalde Jaime Nebot, funcionarios municipales, empresarios, periodistas, entre otros invitados.

Ese día, Nebot recordó que la presencia de este atractivo “no le cuesta un centavo a la ciudad y le entrega 10 % de sus ingresos”. Cada mes, desde su inauguración, Reprolimit deposita ese valor al Cabildo.

Sin embargo, hay una promesa en el aire. A La Perla, el Municipio le facilitaría, en la explanada, y según se anunció días antes de su apertura, una zona de juegos que aún está en proyecto. Fundación Malecón 2000 explicó ayer a EXPRESO en un comunicado que este plan se materializará en 2018.

Se trata del parque de diversiones Safari Xtreme, “una zona de entretenimiento para un público más adulto, con juegos de diversión extrema. Adicional contará con un área de restaurantes y un simulador”.

Schwartz reconoce que la intensidad de arribo de turistas que tuvo la noria en sus primeros días disminuyó con el pasar de los meses, pero las visitas se mantienen. Recibe alrededor de 60.000 pasajeros al mes, asegura el empresario. Esto aunque aún no está el parque ofrecido por el Cabildo.

Con 57,5 metros de altura y capacidad para 216 pasajeros, en 36 cabinas, donde se puede dar una vuelta de ocho minutos, la noria ofrece la posibilidad de ver la ciudad en un viaje lento, climatizado y con wifi.

La concesión, hecha en marzo de 2015, otorgó el control y administración del complejo de entretenimiento por un lapso de 25 años a la compañía.

El empresario se atreve a decir que la noria, para Guayaquil, representa lo que la torre Eiffel para París. Es un ícono.

Se han preocupado de que lo sea. Hay mucho turismo internacional, sobre todo en la mañana. ¿Cómo se logra? Pues con publicidad. La noria se ofrece en folletines de aviones, terminales aéreas y terrestres, congresos internacionales y cuanto evento de entretenimiento se realice en la ciudad, como el Budokan.

“Estamos contentos, la aceptación ha sido buena, es el ícono más importante de la ciudad y el más fotografiado el último año”, opina.

Entre los atractivos que ofrece se suman sus más de 1.400 luces ledes, que se han encendido con diferentes colores: para solidarizarse con el fallecimiento de los jugadores del Chapocoense, para el campeonato de Barcelona, las Fiestas Julianas, San Valentín, entre otros días festivos.