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El nombramiento de los embajadores

Actos. Entrega de credenciales del embajador de Malí en España.

Se entiende que la gran mayoría de los Estados mantiene relaciones diplomáticas, especialmente aquellos que son miembros de las Naciones Unidas. Hay muy pocas excepciones, generalmente entre los países que tienen problemas por diversas razones.

Las relaciones diplomáticas permanentes las establecen los Estados cuando entre ellos existen intereses, ya sean económicos o políticos, suscribiendo convenios a fin de otorgar las inmunidades y privilegios que ahora se encuentran claramente establecidos en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. En esta se determinan las funciones de las representaciones diplomáticas, las cuales son, por lo general, presididas por un embajador que tiene las siguientes responsabilidades:

a) Representar al Estado acreditante ante el Estado receptor.

b) Proteger, en el Estado receptor, los intereses del Estado acreditante y los de sus nacionales, dentro de los límites permitidos en el derecho internacional.

c) Negociar con el gobierno en el Estado receptor.

d) Enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al gobierno del Estado acreditante.

e) Fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre el Estado acreditante y el Estado receptor.

Trámite del nombramiento. El proceso para nombrar a un embajador se realiza mediante el trámite en el cual el gobierno que desee acreditar a su representante diplomático, debe informarse confidencialmente si esta persona será grata para el gobierno receptor, lo que se denomina pedido de agrement.

El Estado que recibe la consulta tiene pleno derecho a contestar si está de acuerdo con admitir a la persona consultada. Pero si tiene motivos de objeción, simplemente no contesta.

Es costumbre en el ámbito diplomático que si en el plazo de un mes, o algo más, no se contesta la petición de beneplácito, se la considera negada. El país acreditante presentará una nueva solicitud designando a otra persona. Si el Estado consultado contesta positivamente, recién se debe extender el nombramiento correspondiente y se informará sobre su designación.

Los nuevos nombramientos. En los actuales momentos en que el Ecuador está procediendo a renovar su cuerpo diplomático, no deben anunciarse los nombres de las personas que van a designar embajadores, excepto en los casos en que sean organismos internacionales, donde no es necesario pedir ningún beneplácito.

Los Estados deben de procurar designar personas con cierto prestigio y conocimiento, pues su presencia en el país donde desempeñan la función de embajadores es considerada como la imagen del país al que representan.

Una anécdota. En uno de los países en los que tuve el honor de representar al nuestro, el presidente de la República de entonces, por compromisos políticos con un senador, y a insistencia de este, nombró a un ahijado del mismo, contra la voluntad del canciller, quien conocía que este individuo tenía problemas personales que no lo hacían apto para desempeñar las funciones de embajador.

Como era de esperarse, este diplomático cometió una serie de desafueros en nuestro país y una madrugada, manejando en estado de ebriedad acompañado de dos efebos, se estrelló contra una casa y al llegar la policía dijo que no podía ser detenido por tener inmunidad diplomática y, más aún, se hizo pasar como embajador de otro país.

Informado el canciller, mi buen amigo, me pidió que solicite a mi gobierno que lo declarase persona ‘non grata’.

Le di el recado a nuestro canciller Heinz Moeller (quien junto con el embajador Luis Valencia Rodríguez han sido, para mi criterio, los dos ministros de Relaciones Exteriores más brillantes en estos últimos años). Me expresó que el embajador que había realizado esos actos desprestigiaba a su país pero que, en nada, afectaba al nuestro.

Por supuesto, los diarios del país de origen del embajador protagonista del escándalo publicaron la noticia y el presidente de esa nación lo destituyó inmediatamente. Por esta razón, considero que debemos de tener mucho cuidado en nombrar a personas que en verdad nos vayan a prestigiar en la nación a la que han sido acreditados.