A fraguar la sublevación. Los actores del Club Cast recorren el Malecón.

En la noche se bailo vals y al amanecer se grito libertad

Participaron la orquesta de cámara del República de Francia, Academia Almirante Illingworth, la Fac. de Ciencias Sociales (Espol).

Dormía a cielo abierto. En la Guayaquil actual son apenas las 20:10 del lunes pasado. Aunque en el recuento de esta historia aquello ocurrió a las 02:20 de un 9 de octubre de hace 198 años.

En el lugar, la acera próxima a la Biblioteca Municipal, se suscitó uno de los hechos determinantes del levantamiento de aquel 1820 que marcó la independencia de esta ciudad.

Se llama Benito García del Barrio y es el máximo representante de la Corona Española. De cerca, decenas de personas miran, otros más vienen en camino hasta el lugar.

Hay otros que visten uniformes de militares españoles. Ayudan a reconstruir la seguridad -20 soldados- con la que este regente se fue a dormir esa noche, avisado de que algo se tramaba en una ciudad de pocas manzanas y cuya población no superaba los 20.000 habitantes.

En ese salto del pasado hacia el presente, Benito García es representado por Gastón García, un graduado en artes escénicas de la Academia Lexa, que se sumó a los actores del Club de Actuación Cast, quienes durante dos horas rehicieron la ruta que siguieron los próceres de un lado a otro, en la ejecución de un plan que había comenzado a gestarse la noche de un domingo de inicios de octubre.

Confabulados, Gregorio Escobedo, Isidro Pavón, Hilario Álvarez y Manuel Vargas, todos soldados de la milicia española, redujeron la oposición de García del Barrio. Una acción que generó un tiroteo, en una noche en la que las bajas contabilizadas llegaron a 38. Uno de ellos, el militar Joaquín Magallar, a quien hasta el 2010, cuando el historiador Enrique Muñoz Larrea descubrió en el Archivo Militar del Alcázar de Segovia (España) se consideraba la única víctima.

Pero aquel momento fue uno de los seis pasajes que la noche del lunes se reconstruyeron en lugares ubicados en un radio de siete manzanas del centro histórico, donde en aquel Guayaquil de los años 20 del siglo XIX estaban los batallones de Artillería (Plaza de la Administración), Milicias Urbanas (antiguo hotel Crillón), el cuartel Granaderos de Reserva (Palacio Municipal) y la casa de Villamil (un parqueadero en la calle Elizalde), el sitio donde a eso de las 19:00 se dio el baile con el que los próceres disfrazaron el levantamiento.

“Como la casa de Villamil ya no existe, escogimos un lugar cercano para representar el histórico y legendario baile de la última noche del yugo español”, aclara Christian Uribe Garzón, un ingeniero comercial y empresarial egresado de la Espol, quien representó a José Joaquín de Olmedo y quien dirige el grupo de actores del Club Cast. El mencionado baile se revivió dentro del Malecón, diagonal al monumento a Bolívar y San Martín.

La representación de esas más de cinco horas en las que los próceres fueron tomando de uno en uno cuarteles militares, en los que se calcula había 1.500 hombres, según el historiador Melvin Hoyos, fue seguida de un lado a otro por decenas de personas.

Algunos emocionados exclamaban: “Parece una obra teatral callejera”, “es como los juegos de penitencias, que debes seguir de un lado a otro”.

Pero no fue el único recuento de su historia que los guayaquileños vivieron entre la noche del lunes y la madrugada del martes. A las 05:00 de ayer, al pie del monumento a la Fragua de Vulcano (calles Clemente Ballén y Malecón), decenas de personas esperaron ver el amanecer número 72.270 desde que se firmó la independencia. “Son diez años de esta liturgia cívica de esperar a la Aurora Gloriosa”, recordó Roberto Parra, uno de los gestores de un evento anual que de a poco ha ido sumando personas e instituciones. No son solo los entes locales, también los del Estado. Todos emocionados avivaron a la ciudad en un amanecer a dos años del bicentenario del hecho.

10 años de la liturgia de la aurora

Decenas de personas volvieron a citarse al pie del monumento de la Fragua de Vulcano. Desde autoridades locales y nacionales, hasta miembros de las organizaciones civiles y cívicas de la ciudad.

Asistieron desde la gobernadora Juanita Navarro hasta los subsecretarios de Turismo y Cultura, pasando por el teniente político. Tomaron la palabra Gloria Gallardo, Melvin Hoyos, Roberto Parra, Fernando Cazón Vera, María José Zurita, Ezzio Garay, Piedad Romo-leroux.