Nawi mayllay. Rosa le lava los pies a su esposo; luego le tocará a él lavarle a ella desde su cara hasta sus pies.

Nawi mayllay, ritual del matrimonio indigena

Por lo general, se canta la canción ‘Perdonawanki taytiku, mamita, cashnakullami shamuni’, que significa ‘Papito, mamita, por favor perdónenme que venga solo con esto’. Si los padrinos son mestizos, la dote que se entrega es de menor valor.

Son las 07:00 y la casa de José y Rosa empieza a llenarse de invitados. Llegan al segundo día de celebración del matrimonio de Luis, su hijo de 28 años que se casó con su vecina, Elsa (22), en la iglesia de la parroquia rural San Juan de Ilumán, cantón San Luis de Otavalo, provincia de Imbabura.

Hombres y mujeres visten su traje típico, pues se trata de un matrimonio indígena. Ellos usan un sombrero negro, camisa blanca, poncho color azul, pantalón blanco y alpargatas blancas; ellas, el sucu fachalina sobre la cabeza, camisa blanca con bordado de colores, anaco blanco, alpargatas azules y una watarina para cubrirse del frío.

En el patio de la vivienda ubicada en la comuna de Pinsaquí hay carpas blancas.

Decenas de sillas esperan a los asistentes, que por lo general en una fiesta de este tipo suman más de 200, entre invitados de la pareja, padrinos y sus padres. Incluso quienes no lo estén son recibidos con un plato de sopa, en este caso caldo de gallina recién hecho por la familia del novio y que es repartido por la “mama servicio” y la bebida por el “estanquero”.

Mientras la gente come y bebe, los recién casados esperan en la habitación a los tres taitas alcaldes que llevaron a dormir a Luis y Elsa, a las 19:00 de la noche anterior. La pareja permaneció encerrada con candado para que nadie los moleste.

En la antigüedad, el “taita alcalde” era una persona respetable de la comuna, quien casaba a la pareja frente a toda la comunidad. Incluso los novios llegaban a conocerse el momento en que iban a contraer nupcias, explica Luzmila Zambrano, coordinadora de proyectos del Museo Otavalango.

En esa época la unión civil y eclesiástica no era tan importante. “Por eso era una vergüenza la separación, aunque no hubiese un documento firmado; la pareja tenía que irse para reanudar sus vidas, porque si no eran expulsados”, dice Zambrano.

Los alcaldes llegan a las 10:00 acompañados por los padrinos, Luis C. y Orfelia M., parte fundamental de la unión y que son escogidos por ambas familias. Todos bailan al son del sanjuanito ‘Achimamita cumari’, tocado con instrumentos andinos como la guitarra, rondador, bandolín, bombo y chachas que entona el grupo de músicos Rymais durante los 10 minutos de caminata.

Los alcaldes abren la puerta y levantan a la pareja, que ya se prepara para el Ñawi mayllay, que en quichua significa “lavado de cara”. Según Antonio Tituaña, sirve para despojar a las malas energías del cuerpo, a través de la purificación.

El rito se celebra en San Juan Pogyo, una vertiente natural ubicada a 10 minutos de distancia. Los novios bailan junto a sus padrinos. Los taitas alcaldes los guían mientras silban un carrizo largo para dar a conocer que la pareja va en camino. Ese carrizo está lleno de “puro”, que es bebido por la familia.

En el pogyo, Tituaña mezcla agua de la vertiente con pétalos de rosas de colores y ortiga. Sus compañeros, ayudados por las madres de la pareja, despojan de la ropa a Luis, Elsa y los padrinos. Los cuatro, como es tradición indígena, llevan sobre su atuendo normal la macana (chal) con una cruz (collar) que usaban sus ancestros.

La macana que se pusieron 24 horas antes son difíciles de conseguir, cuenta Luis Córdova, pero sus compadres querían un matrimonio que se apegue a lo que sus abuelos hacían décadas atrás.

Los primeros en el Ñawi mayllay son los padrinos, luego los novios y los papás. La mujer lava las partes del cuerpo de su esposo y luego él las de ella. Empiezan por la cabeza, cara, manos y terminan en los pies. Al finalizar, dos atuendos nuevos son colocados sobre la novia y sobre esta la macana que es blanca, por su pureza. Todos se visten y empieza la comida comunitaria en la que va incluida la chicha de maíz para quienes acompañaron.

A las 13:00 todos salen del pogyo y se dirigen a la casa de la novia para seguir con la fiesta que en total dura tres días. (F)