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Dina Boluarte
Fotografía de la presidenta de Perú, Dina Boluarte.efe

¿Qué pasó con Dina Boluarte? Las razones de su caída como presidenta de Perú

Su gestión estuvo marcada por la soledad política y el rechazo social

Dina Boluarte, quien asumió la presidencia del Perú en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, cayó finalmente este jueves 10 de octubre de 2025, destituida por el Congreso bajo el argumento de “incapacidad moral permanente”. Su salida pone fin a un mandato turbulento que la convirtió en la presidenta más impopular de América Latina, con apenas un 3 % de aprobación según los últimos sondeos.

Desde su llegada al poder, Boluarte gobernó sin una bancada propia y con un respaldo que provenía de alianzas coyunturales con sectores conservadores, entre ellos el fujimorismo de Keiko Fujimori. Sin embargo, esas mismas fuerzas que la sostuvieron durante casi tres años fueron las que terminaron por retirarle el apoyo, ante la creciente presión social por la crisis de inseguridad y las investigaciones judiciales que la rodeaban.

El detonante: la violencia que el Estado no logró contener

La gota que colmó el vaso fue el ataque armado ocurrido el domingo pasado durante un concierto de la agrupación de cumbia Agua Marina en un local del Ejército en Lima, que dejó varios heridos. El hecho desató una ola de indignación ciudadana contra la inacción del Gobierno frente al aumento del crimen organizado, que afecta a todos los estratos sociales.

En redes sociales y calles del país, se multiplicaron los reclamos contra la falta de liderazgo y respuestas del Ejecutivo. El Congreso, en una sesión sin precedentes por su amplio consenso, aprobó su destitución con una mayoría aplastante.

Dina Boluarte
La destituida presidenta de Perú Dina Boluarte, en una imagen de archivo.Efe

Popularidad por el suelo

Nacida en Apurímac, Boluarte llegó al poder como vicepresidenta de Castillo y fue su ministra antes del fallido autogolpe del entonces mandatario. Sin trayectoria política sólida ni estructura partidaria, su gestión se caracterizó por el aislamiento y una creciente pérdida de legitimidad.

Las protestas sociales entre diciembre de 2022 y marzo de 2023, en las que murieron al menos 50 personas, marcaron el inicio de su declive. Las acusaciones de represión excesiva, los escándalos por presunto enriquecimiento ilícito —como el caso Rolexgate, que involucró joyas y relojes de lujo no declarados— y los señalamientos por cirugías estéticas ocultas mientras ejercía el cargo, erosionaron su ya frágil imagen.

Fotografía general del Congreso de la República del Perú este jueves, en Lima (Perú).
Fotografía general del Congreso de la República del Perú este jueves, en Lima (Perú).efe

Una caída predecible

Durante su mandato, Boluarte enfrentó seis intentos fallidos de vacancia, sostenida apenas por alianzas temporales con partidos como Fuerza Popular y Alianza para el Progreso. Sin embargo, el clima político terminó volviéndose insostenible.

Su destitución la suma a la lista de mandatarios peruanos que no lograron concluir su periodo desde 2018: Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Pedro Castillo y ahora Dina Boluarte. Todos cayeron bajo la misma acusación parlamentaria de “incapacidad moral”.

Investigación y legado

La Fiscalía investiga a Boluarte por homicidio, genocidio y lesiones graves relacionados con la represión de las protestas, además de presuntos actos de corrupción y abuso de poder. Aunque el Tribunal Constitucional había suspendido los procesos hasta el final de su mandato, su salida del cargo reabre la puerta a que los casos avancen.

Su breve y accidentado gobierno deja al Perú sumido nuevamente en la incertidumbre política. Con ella cae no solo una presidenta, sino la posibilidad de estabilizar un país que en menos de una década ha visto pasar cinco mandatarios y mantiene una fractura profunda entre la clase política y la ciudadanía.

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