Preferencias. A la víspera de las elecciones, Clinton mantenía una ventaja de cuatro puntos sobre Trump, según un último sondeo de CBS News.

El mundo mira a EE. UU.

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump realizaron ayer el último esfuerzo para mantener vivas sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca, en la última página de una campaña histórica en Estados Unidos.

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump realizaron ayer el último esfuerzo para mantener vivas sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca, en la última página de una campaña histórica en Estados Unidos.

Después de algo más de un año de marchas y contramarchas, dramas inesperados y una serie sin precedentes de escándalos de todo tipo, para la ex secretaria de Estado y el polémico millonario llegó el momento de poner todas las cartas sobre la mesa.

Al iniciar el último día de campaña, Clinton se comprometió ayer a trabajar por la unión nacional, en caso de que llegue a la Casa Blanca.

Por su parte, en un acto público en Sarasota, Florida, Trump dijo que una victoria suya en la elección del martes representaría un golpe letal a lo que llamó el “establishment corrupto de Washington”.

“Clinton es protegida por un sistema totalmente tramposo. Y ahora los estadounidenses mañana (hoy) harán justicia en las urnas”, expresó, para añadir que quería que “el establishment corrupto de Washington escuche: si ganamos, vamos a drenar ese pantano”.“¡Drenen el pantano, drenen el pantano!”, gritaba la multitud.

El republicano, de 70 años, realizó en la jornada mítines en los estados de Carolina del Norte, Pensilvania, New Hampshire, antes de terminar su campaña en Michigan.

En tanto, la ex secretaria de Estado, de 69 años, cerró la campaña por todo lo alto, con paradas hasta la medianoche en Pensilvania, Michigan y Carolina del Norte.

En uno de sus mítines tuvo la colaboración de los rockeros Bruce Springteen y Bon Jovi, aunque en la noche jugó su carta más fuerte, compartiendo escenario con el mandatario Barack Obama y la extraordinariamente popular primera dama Michelle, así como con su marido, el expresidente Bill Clinton.

Ayer, el promedio de los sondeos atribuye a Clinton una delantera de aproximadamente 2,7 puntos porcentuales en la carrera electoral, aunque la dinámica de los últimos 10 días de campaña fue favorable a Trump.

El último de una larga serie de giros que tuvo esta campaña se conoció el domingo, cuando el FBI informó al Congreso que no pretendía presentar cargos formales contra Clinton por el interminable escándalo de sus correos electrónicos enviados desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado.

Este anuncio buscó apagar el incendio que hace apenas una semana había provocado el propio FBI al revelar que investigaría nuevos mensajes relacionados con Clinton, no incluidos en la pesquisa anterior que fue cerrada en julio.

“Estamos felices de saber que este asunto ha quedado resuelto”, dijo Jeniffer Palmieri, responsable de comunicaciones de la campaña de Clinton, poco después de conocerse la decisión de la policía federal estadounidense.

La noticia de la reapertura del caso había caído literalmente como una bomba en la campaña, obligando a Clinton a pasar varios días dando explicaciones sobre un escándalo que parecía cosa del pasado.

Posiblemente resulte complicado medir el impacto que el final de la polémica sobre los correos de Clinton tenga en su campaña, pero los sondeos dieron a la aspirante demócrata una mínima ventaja en el último fin de semana de campaña.

El presidente Barack Obama pidió ayer a sus conciudadanos que apoyen a la candidata Hillary Clinton en las elecciones para que lo suceda en la Casa Blanca.

“Les pido que hagan por Hillary lo que han hecho por mí”, dijo Obama a una multitud en Ann Arbor, Michigan, en el primero de tres discursos que el mandatario tenía previsto ayer en la víspera de la elección.