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La mujer kichwa entre la ganaderia y el tejido

Las tejedoras de Salinas son un grupo de mujeres emprendedoras y esforzadas, que preocupadas por mejorar su situación económica, se unieron en una asociación y formaron una microempresa comunitaria denominada Texsal (Asociación de Desarrollo Social de

La mujer kichwa entre la ganadería y el tejido

Las tejedoras de Salinas son un grupo de mujeres emprendedoras y esforzadas, que preocupadas por mejorar su situación económica, se unieron en una asociación y formaron una microempresa comunitaria denominada Texsal (Asociación de Desarrollo Social de Mujeres Tejedoras del cantón Salinas de Bolívar).

Se formaron también otras asociaciones y microempresas que se complementaban entre sí, como es el caso de la hilandería que provee de lana a las tejedoras.

La materia prima, como se anotaba, la suministra la Hilandería Salinas, microempresa del sector, constituida por el padre Antonio Polo, misionero salesiano italiano.

96 socias salineras y de comunidades aledañas se dedican a entrelazar los hilos para distintos tipos de tejidos de lana; naturales de ovejas, alpacas y algodón.

La hilandería fue creada en 1976 con la finalidad de crear fuentes de trabajo a cientos de mujeres que se dedican a la manufactura de artesanías de hilos de lana.

Estas mujeres ven a este lugar como una escuela, aprendieron mucho ahí, las proveen de lana diariamente y les brindan supervisión sobre la calidad y modelos que confeccionan.

Cuando su producto está terminado, lo entregan a la asociación, porque ellas cobran solo por mano de obra, la organización formada por ellas se encarga de la comercialización de la elaboración.

“Para mí ha sido una gran ayuda, es un beneficio adicional para la casa, anteriormente no teníamos trabajo o era temporal, máximo vendíamos canastitas y lo que nos hacíamos no era suficiente para subsistir”, dijo Alicia Salazar, tejedora del lugar

Actualmente existen 22 comunidades tejedoras, cada una con alrededor de 15 mujeres.

El ganado pasta fuera de la parroquia Salinas y las mujeres tienen que caminar grandes trechos para llegar a los potreros donde está el ganado, durante ese tiempo aprovechan para ir tejiendo. A las 10 de la mañana, aproximadamente, pasan por Texsal para recoger la materia prima que les permite continuar con los tejidos.

Las que tienen listos sus tejidos, los entregan a la Asociación, esta va recopilando las prendas y va sumando para calcular el valor que pagará a cada una por su trabajo, la diferencia entre lo que les reconoce la Asociación y el precio de venta al público es mínima. Si bien la ganancia es marginal, el volumen genera los valores necesarios para la productividad de la labor.

La Asociación de Tejedoras fue creada con el objetivo de ofrecer fuentes de trabajo para las mujeres que en aquella época tenían simplemente el rol de amas de casa. No aportaban económicamente al hogar.

Las comunidades de las artesanas se ubican al norte de Salinas, en las zonas más altas. Las mujeres que tejen son madres de familia solteras en parte de los casos, algunas muy jóvenes.

La más cercana está a un kilómetro de la localidad, las más lejanas hasta 7 kilómetros de distancia de Salinas.

No hay transporte permanente así que algunas deben llegar caminando largos tramos hasta la Asociación. (F)