La colombiana que fue asesinada la tarde del miércoles en Milagro, ya estuvo a punto de morir el año pasado en manos de su pareja. Sin embargo, prefirió continuar con la relación.

Mujer colombiana fue asesinada por su pareja, en Milagro

Un día después de haber sido asesinada a apuñaladas por su pareja sentimental, el cuerpo de Leidy Johanna Arenas, de 35 años de edad, todavía permanece en la fría morgue de Milagro a la espera de algún familiar.

Un día después de haber sido asesinada a apuñaladas por su pareja sentimental, el cuerpo de Leidy Johanna Arenas, de 35 años de edad, todavía permanece en la fría morgue de Milagro a la espera de algún familiar.

La víctima, de nacionalidad colombiana, recibió, según el jefe de la DINASED de la Zona 5, Marcos Proaño, seis puñaladas a la altura del abdomen. El victimario, Antony Kevin Alcívar Soto, de 22 años de edad, ya tenía una boleta de captura por una tentativa de asesinato en julio de 2018.

Antecedentes

El 15 de julio de 2018, agentes de la DINASED Milagro acudieron hasta la hacienda San Jacinto, en la parroquia Roberto Astudillo. En uno de los cuartos destinados para los empleados, Alcívar le propinó varios machetazos a la joven tras una discusión. Usó un machete que fue encontrado por los agentes cerca de la escena del delito, mientras que, sobre su paradero, no se tenía ningún tipo de información, pues huyó con rumbo desconocido.

Afortunadamente, a pesar de las heridas de gravedad que Leidy presentaba en su mano derecha, antebrazo izquierdo, tórax y cabeza, logró ser auxiliada y llevada al Hospital de Naranjito para estabilizarla y trasladarla al Luis Vernaza en Guayaquil.

Desde aquel día, las autoridades emitieron una orden de captura para Alcívar Soto e ingresaron al Programa de Protección de Víctimas y Testigos a la joven para, luego de los trámites pertinentes, enviarla a su natal Colombia.

Regreso con engaños

Poco menos de un año y ante las promesas de una vida mejor, de cambios en su actitud y de ya no celarla, Leidy decide dejar su país y retornar a Milagro para regresar con quien días después, cumplió su promesa de asesinarla.

Hace tres meses aproximadamente llegaron a vivir en la ciudadela Dáger. Alquilaron un cuarto en las calles Río Chanchán y Río Santiago. Ahí, según el arrendatario, Segundo Orvea, libaban con frecuencia y las peleas eran seguidas.

“Ella se le iba por dos o tres días y de nuevo regresaba. Yo ya les decía que no me hagan cantina esto porque el cuarto es para vivir no para hacerlo cantina”, mencionó el dueño del inmueble en el que habitaba la pareja.

Por su parte, según el pastor Milton Chuzán, Leydi llevaba alrededor de dos meses asistiendo a la iglesia El Buen Samaritano y hace un par de semanas, se estaba refugiando en casa de su hermana, por el temor a que Antony le haga daño.

“Ella sabía de la sentencia de muerte que él le había hecho. Él ya le había dicho que si no era de él, no era de nadie”, sostuvo Chuzán.

La siguió hasta matarla

Según las investigaciones realizadas hasta ahora, minutos antes del asesinato, Leidy acudió hasta el cuarto donde vivía para retirar sus cosas y regresar a Colombia. Sin embargo, su pareja le habría estado siguiendo y, bajos los efectos del alcohol, la atacó sin darle oportunidad alguna a escapar.

Leidy luchó con su agresor para intentar salvar su vida, pero no pudo y finalmente recibió las puñaladas mortales por parte de quien la engañó para recuperar su confianza.

El populacho lo capturó

Una vez consumado su objetivo, el joven de 22 años de edad salió a precipitada carrera con el arma homicida en sus manos y lleno de sangre. Los moradores que se dieron cuenta de lo que había hecho lo siguieron por tres cuadras hasta que lo capturaron. Intentaron lincharlo, pero la Policía Nacional lo impidió y, por el contrario, pidieron una ambulancia para brindarle atención médica ante las heridas que le causaron en la cabeza.

Actualmente y por su seguridad, el procesado permanece en una casa asistencial de Babahoyo y con custodia policial, según informó el jefe de la DINASED Zonal 5.