Muestras de gentileza que se resisten a morir

C onmovedor el relato, en EXPRESO, del hombre que susurra a los leones; esas tiernas demostraciones de mutuo afecto contrastan con las de ciertas personas desconfiadas (reflejo de corazones duros y almas orgullosas) que, cuando se les dirige una palabra amistosa o un gesto amable, enseguida se ponen en guardia con mirada recelosa, pensando que detrás de nuestra gentileza hay algún interés oculto.

En el campo dicen que es más fácil acariciar a un puerco espín que a una persona arisca; pero con Dios no hay duro que no se ablande ni chúcaro que no se amanse, como también dicen.

Miguel Ulloa Paredes