Fue una despedida corta. El presidente Lenín Moreno aprovechó el Cambio de Guardia, tradicional de los lunes, para desear que el exmandatario Rafael Correa tenga un buen viaje a Bélgica. En su corto discurso, el primer mandatario aseguró que “la revolución ciudadana continúa”. Claro que, enfatizó, con un estilo diferente y con la mirada fijada en lo que se deba rectificar y mejorar. “Ratificaremos todo lo positivo y aquello que haya que cambiar, cambiaremos. Siempre hacia adelante”, exclamó.

Durante sus palabras de despedida, uno de sus acompañantes alzó una fotografía de Correa. La imagen era similar a las que se retiraron de ministerios y secretarías de Estado.

Entre los acompañantes, que aplaudieron cuando se mencionó a Correa, estuvo el vicepresidente Jorge Glas. Él no dio declaraciones. Es más, ante las abiertas diferencias entre Moreno y el expresidente, el segundo mandatario no ha hecho mayores comentarios.

No fue el único asistente. En la Plaza Grande se concentró un pequeño grupo de simpatizantes de Rafael Correa y de Alianza PAIS. Durante el acto militar, gritaron en contra del presidente Moreno. Lo tildaron de “traidor” por las recientes reuniones que ha mantenido con sectores opuestos a la autodenominada revolución ciudadana. Reuniones que despertaron críticas de oficialistas como Marcela Aguiñaga y el propio Rafael Correa.

El presidente no respondió a los cánticos y continuó con su agenda. La siguiente actividad fue una reunión con los representantes de la Izquierda Democrática (ID).

Pese a las críticas del líder de Alianza PAIS, Moreno precisó en su cuenta de Twitter que el diálogo continúa “con los asambleístas René Yandún y Wilma Andrade”. Los dos han sido críticos de la gestión del gobierno anterior.

Los asistentes al encuentro tuvieron elogios para el actual presidente. Andrade resaltó que pese a que haya diferencia de criterios o temas delicados, Moreno sabe escuchar. Una cualidad que, reconocen varios segmentos de la oposición, no se veía hace buen tiempo en Carondelet.