Luis Ronquillo. Tiene 21 años dedicado a una actividad en la que crea imágenes en espumafón.

Sin moldes no hay monigotes

En 1.400 metros. La exhibición al aire libre inicia en Portete y termina en Pedro Franco Dávila. Son 14 cuadras de la calle 6 de Marzo.

Hay quienes se atreven a llamarlos artistas. Ellos simulan una humilde sonrisa con la que intentan ocultar cierto orgullo. En diciembre, la avenida 6 de Marzo se asemeja a un verdadero museo al aire libre con cientos, miles de esculturas en papel y cartón que se toman las veredas, soportales y parte de la calle.

Un arte popular efímero (por el material con el que se lo construye) que transforma a 14 cuadras solo en este sector de la ciudad, en un barrio a lo que tranquilamente la Guinness World Records podría calificar como el supermercado de muñecos más grande del planeta.

Un espacio urbano que está repartido en varias especialidades. Por un lado están los comerciantes. Aquellos que compran para revender. No son tantos.

La mayoría de los que desde fines de noviembre se instalan en las veredas son a los que se puede llegar a considerar como verdaderos maestros en la reproducción de muñecos en series. Estos son los más.

Los menos están refundidos en uno que otro taller y tienen ganada una fama entre los miles de muñequeros. Se los conoce como talladores.

Su arte estriba en definir sobre un material sensible, el espumafón, las imágenes con las que se caracterizarán las efigies de papel.

“Somos un pequeños grupo. No más de cinco. Y estamos aquí también luego de que pase todo el alboroto que se arma en torno a los monigotes en diciembre. Nuestro oficio es para todo el año”, dice Luis Ronquillo Morales, un guayaquileño de 38 años, 21 de ellos dedicados a la fabricación de años viejos. “Actualmente hay miles de muñequeros. Ellos lo que hacen es reproducir muñecos de un molde. Claro que existe luego un arte, porque hay que pintarlos, eso tampoco es fácil”.

Lo que identifica a Ronquillo del resto es el trabajo que realiza precisamente sobre cubos de ese material blanco y espumoso que técnicamente se llama poliestireno expandido, y que en el Ecuador se conoce popularmente como plumafón, espumafón o espumaflex.

Como es un material sensible, sus herramientas son una hoja de sierra de arco, un estilete y lija de agua.

El trabajo previo consiste en juntar con cola las láminas de espuma hasta formar enormes bloques. Frente a estos es que el tallador, a la manera de cualquier escultor frente a la piedra de mármol, va dándole forma.

Eddy Albán Alay es otro de los artistas del espumafón, al igual que Andrés García Pincay. Ambos también tienen sus talleres, reconocidos en el sector. Hasta estos van quienes fabrican las copias de monigotes.

Se les reconoce que es un arte. Cada escultura toma entre 15 y 20 días, dependiendo del tamaño. Hay los que tienen hasta tres metros de altura.

¿El costo de las esculturas? Varía no solo por el tamaño, sino también por el volumen. Los pequeños están por los 20 dólares, pero hay los que sobrepasan los 300 dólares.

Entre estos destaca el Chino Cruz. Así identifican a José Cruz Vallejo, uno de los herederos de un oficio que inició con uno de sus antecesores, tres generaciones antes: Juan Cruz Ladínez.

En el caso de José, también tiene su taller. Los cuatro son quienes trabajan a lo largo del año. Nutren con enormes imágenes (en cartón o en fibra de vidrio) los desfiles y eventos que se organizan en la ciudad en los feriados de carnaval, de julio, octubre y diciembre.

Son artistas, aunque sus esculturas resulten efímeras. Se las quema en la última medianoche del año.

La ruta urbana

Turismo promociona a los gigantes

En el blog del Ministerio de Turismo, Ecuador Travel, se difundió la ruta de los monigotes. ‘Gigantes de papel se toman Guayaquil’, dice el titular. En la nota se destaca que estos gigantes miden hasta 10 metros y se toman el centro y norte de la urbe. Se menciona que en las calles 14 y Ayacucho hay un Homero Simpson, cuyo mentalizador es Carlos Briones; o que en la 14, entre Capitán Nájera y Medardo A. Silva, se exhibe un escenario completo con los personajes de ‘Aladino’; entre otras creaciones.