Los miembros de Solca

No aceptan el cargo honorífico para anotarlo en su currículum, la vida les ha sido generosa y estando en posición holgada, sienten que deben cumplir con la ciudad y el país. Se comprometen a trabajar diariamente, el presidente y vicepresidente 4 o más horas. Quienes ingresan tienen más de 50 años de edad, son profesionales, dueños de empresas u ocupan elevados cargos en grandes corporaciones. Hay excepciones, entre 1974 y 1994 en el Consejo Directivo Nacional (CDN) había cuatro personas que no tenían grandes recursos económicos. Con excepción de edad, ingresé a los 27 años, tuve un jefe que me permitió reponer las horas trabajadas en Solca, luego en mi empleo me quedaba hasta las 9 o 10 de la noche.

Los miembros del CDN eran aproximadamente 20, sin incluir a los presidentes de los núcleos y representante del presidente de la República. Desconozco si hay cambios en los estatutos. Ellos trabajaban en comisiones, mínimo una reunión por semana, frecuentemente dos y las que fueran necesarias; además había un comité ejecutivo que se reunía una o más veces. Los miembros usaban sus propios vehículos. Cuando me quedaba a trabajar a la hora del almuerzo, pagaba mi propia comida, otros hacían lo mismo. Hay miembros que se distinguieron por ser incomparables, como Antonio Pino Ycaza y Manuel Ignacio Gómez Lince, fundadores que seguían muy activos cuando dejé Solca. Antonio era el presidente de la Comisión de Finanzas y lo acompañé durante 20 años. Había otros miembros. Cuando salíamos a las 3 p. m. lo llevaba a su oficina y si las reuniones eran de noche, a las 9 o 10, lo llevaba a su casa, vivíamos en el mismo barrio. Como presidente de la Comisión de Construcción fue donde dediqué más tiempo. Eduardo Trujillo Bustamante y posteriormente José González Artigas en la Comisión de Compras fueron grandes compañeros de trabajo.

En la Junta de Beneficencia, donde estuve 11 años, por ser mucho más grande y compleja, la tarea de los miembros es similar pero intensa, demanda mayor número de horas de trabajo. En las demás instituciones privadas de finalidad pública la situación debe ser igual.

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