Nos merecemos vivir asi

Ayer circuló en redes sociales un video en el que un hombre manejando una moto se detuvo al pie de un vehículo y lo golpeó. Golpeó varias veces el espejo retrovisor derecho. El vehículo lo manejaba una mujer que quería grabar en su teléfono la placa de la moto para denunciarlo por haberla chocado instantes antes. Usó su celular como única herramienta para documentar el accidente y el presunto culpable.

Estamos cansados de la impunidad y sabemos que tenemos derecho a una autoridad presta y accesible que ejerza el control y resuelva conflictos.

Analizando el video sucede lo siguiente: uno, se sospecha que con la moto se ha golpeado el vehículo de la mujer. Dos, el hombre se mantiene lejos de la cámara, por eso reduce la velocidad de la moto y se mantiene detrás, por la espalda, pues así logra mantenerse anónimo y puede alistarse para el golpe final. Tres, se acerca a distancia suficiente para que el celular no registre las placas; como está con casco, cuenta con un porcentaje importante de posibilidades de que su rostro no pueda ser filmado y, una vez cerca golpea una y otra vez, con rabia y con furia. ¿Qué le ocasionó tanto odio? La posibilidad de ser evidenciado y su arrogancia. Era imposible aceptar que alguien le pida cuentas, menos hacerlas públicas. Así funcionan, miremos a Glas como ejemplo, enfermo dice estar.

Luego de golpear tanto, huye. Acelera la moto, tal vez sea de él, sabe de la nobleza del motor alemán y se aleja lo más rápido que puede. La cobardía siempre firma sus actos con la huida.

Veo cosas así a menudo. Pienso en mis seres queridos y siento la necesidad de pedirles que nunca reaccionen así, que ese video sea un ejemplo para no copiar. Pienso en mí y en las veces que el apuro me puede arrojar a esas reacciones. Trato de pensar que todos fallamos, pero que la cortesía es un valor. Pienso en las autoridades de tránsito. ¡Nos deben liderazgo, ejemplos contundentes de cambio! Finalmente, pienso cuánto nos debemos nosotros, no nos merecemos una vida tan salvajemente violenta como la que hemos construido hasta hoy. Empecemos a sacar lo mejor de nosotros.