Labores. Los trabajos son intensos en las rejas remodeladas del malecón Simón Bolívar. Actualmente se ultiman detalles para empezar a pintarlas.

El Malecon eleva el cercado

Javiera González, Tatiana Plúas y Carlos Merizalde, todos guayaquileños, sin esperarlo, serán homenajeados esta noche. Hoy se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre. Y en alusión a ello la Cruz Roja Ecuatoriana rendirá un homenaje a sus donante

Los trabajos que se realizan en el cerco del malecón Simón Bolívar, y que consisten en hacer más altas las rejas, responden a una iniciativa de la Fundación Malecón 2000 de hacer más seguro el lugar.

Así lo confirmó la entidad en un comunicado enviado ayer a EXPRESO. “El levantamiento de cercas bordea el área de juegos infantiles y tiene un único objetivo: brindar mayor seguridad a los usuarios del lugar y visitantes”.

La primera etapa, confirmó la administración, se desarrolla desde el portón 9 de Octubre hasta el de la calle Orellana, a la altura de la cafetería Sweet & Coffee y el restaurante Chop Chops.

Adelantó también que habrá una segunda etapa de esta labor, que se iniciará en el primero o segundo semestre del próximo año y abarcará hasta el portón de la calle Loja.

La fundación no detalló si esta medida responde a algún antecedente delictivo o si surge a raíz de una situación en particular, y se limitó a explicar en el documento que la decisión es “por seguridad en general”.

La ciudad, sin embargo, está constantemente amenazada por la delincuencia. Y el Malecón no es el único espacio público que ha tomado medidas al respecto las últimas semanas. Recientemente se decidió resguardar con mayor seguridad el parque Centenario, que ahora cuenta con presencia permanente de policías metropolitanos a la entrada.

El pasado 31 de mayo, el alcalde denunció robos a bienes públicos en su enlace radial. “Hay un comprador para lo robado y ese es más delincuente que el que roba. Se roban los cables y las lámparas. Por eso no hay electricidad. Les voy a caer a todas las recicladoras”.

Cerca de una docena de hombres trabaja en el nuevo aspecto del cerco, que ahora cuenta con puntas que sobresalen hacia la calle.