
Maker Movement, la importancia de crear en las aulas
Maker Movement (movimiento de fabricantes o creadores, en español), son dos palabras que definen una tendencia que está dando un nuevo concepto a la relación de la sociedad con la tecnología. Las innovaciones tecnológicas ya no son creadas exclusivamen
Maker Movement (movimiento de fabricantes o creadores, en español), son dos palabras que definen una tendencia que está dando un nuevo concepto a la relación de la sociedad con la tecnología. Las innovaciones tecnológicas ya no son creadas exclusivamente por los grandes fabricantes, sino que pueden nacer de las manos de cualquier individuo, incluso de los más pequeños, con la guía y las herramientas necesarias.
El énfasis de esta tendencia es aprender a través de la experiencia y aunque su estandarte es el concepto del Do It Yourself: Hazlo tú mismo, promueve el trabajo en equipo y la obtención de conocimientos y resultados en comunidad (profesores y alumnos; padres e hijos). Por esto y más, la importancia de que se tome las aulas.
Sus tecnologías aliadas son las impresoras 3D, las placas como Arduino, los circuitos, las plataformas de programación como Scratch y hasta los legos.
Gabriel Helguero, guayaquileño, docente de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Ciencias de la Producción en la Espol, estudiante de un doctorado en Mecánica en Stony Brook (Nueva York) e investigador de Bioingeniería con ayuda de impresoras 3D, asegura que dotar a las aulas de herramientas tecnológicas que le permitan al alumno construir cualquier cosa que imagine (robots, videojuegos, sus propios juguetes) “no solo es importante, sino vital”.
“Los niños y jóvenes están acostumbrados a que la tecnología les ponga todo fácil. Esta relativa facilidad para consumir ha mermado la capacidad de crear e innovar. Es justamente lo que la tendencia maker puede devolverle a esta generación: la capacidad de crear algo a partir de una idea propia”.
¿Qué necesitan las aulas? Antonio Delgado Pérez, educador freelance para diferentes organismos y firmas dedicadas a transformar la educación del siglo XXI, además conocido en las plataformas sociales como Edumorfosis, lo explica: “El movimiento Maker deja claro que las aulas de hoy ya no solo requieren de las herramientas clásicas como martillos, pinzas, sierras, taladros... También de equipos digitales: proyectores, mundos inmersivos, realidad aumentada, impresoras 3D, lápices tridimensionales (3Doodle), cortadoras láser, engranajes electrónicos (cables, conectores, resistencias, condensadores y luces leds, ruteadores, entre otros.
Sin embargo, para que esta experiencia tenga éxito, no basta tener un centro de producción innovador con tecnología de punta, en lugar de una aula clásica. “Es necesario que los docentes y padres de familia adquieran nuevas habilidades, pero es fundamental que se involucren en los proyectos y procesos creativos de los pequeños...”, explica Delgado.
A esto, agrega Helguero, que los profesores deberán pasar por talleres de trabajo en donde se les introduzca las tecnologías, muestre el uso de las mismas y se les incentive a crear nuevas aplicaciones para su proceso pedagógico.
El cimiento del ‘Maker Movement’ es el cambio, y fomentar la creación e innovación desde las bases, en este caso desde las escuelas y los hogares. Si aún le quedan vacaciones a su hijo, puede conseguirle unos Legos Mindstorms o alguna de las siguientes opciones:
Arduino. Una plataforma excepcional para los makers es Arduino. Es fácil de usar, sencilla y barata, para muchos una introducción excepcional a la electrónica y a los fundamentos del hardware y la programación, que da la posibilidad de crear juguetes y gadgets impresionantes. Se pueden comprar en Internet desde 20 a 25 dólares las placas básicas y kits desde $ 70.
Makeblock. Su filosofía es en cierto modo similar a la de Arduino, pero Makeblock lo pone todo mucho más fácil con mBot, un robot programable que cuesta unos $ 80. Su facilidad de uso se basa en Scratch 2.0, un sencillo lenguaje de programación visual que permite crear juegos y gadgets, y es una de las mejores formas de iniciar a los niños en programación.
LittleBits. Es perfecto para introducir en la electrónica a los más pequeños. Podemos considerar a LittleBits como el lego de la construcción de prototipos y sistemas, ya que cada módulo (desde motores, interruptores y pulsadores, hasta leds con colores configurables y ventiladores) se interconecta con el resto y se une a los demás mediante imanes.
Raspberry Pi. La tercera generación apenas ha sido lanzada al mercado, pero ya cuenta con una experiencia de dos años y millones de Raspberry Pi vendidas. Es quizá el proyecto menos conocido de todos, pero su precio (no más de $ 40 la placa, que funciona como un ordenador completo) y sus posibilidades, lo convierten en una posibilidad con mucho futuro.
Thingmaker. Se trata de una impresora 3D de Mattel que democratiza el acceso a la creación de prototipos a bajo costo, y que les permitirá a los niños crear sus propios juguetes utilizando las diferentes piezas modulares disponibles en el app de diseño. En la aplicación diseñada por Autodesk, se puede elegir los colores y las posiciones disponibles para cada juguete. Los interesados en conseguir una de estas impresoras pueden hacer la preorden de forma online y esperar a que el dispositivo se estrene en tiendas en el segundo semestre de este año, a un precio de $ 299.