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Madurez de la opera alemana

La obra que establece la ópera romántica alemana del siglo XIX es Der Freischutz, de Carl Maria von Weber. (El cazador furtivo o La bala mágica). Se estrenó en Berlín en 1821. Las características de la ópera alemana del siglo XIX como la ejemplifica Der Freischutz son: argumentos sacados de historias de leyendas o cuentos de hadas; las historias incluyen situaciones y personajes sobrenaturales; las historias enfatizan una naturaleza salvaje, misteriosa e incontrolada; los incidentes sobrenaturales son elementos esenciales del argumento, entremezclados con el destino de los personajes humanos; los personajes muchas veces son agentes de fuerzas sobrenaturales; el triunfo del bien sobre el mal es muchas veces interpretado como salvación y redención. Esto es totalmente diferente a las óperas italianas y francesas con su énfasis en las emociones humanas. Lo mágico y lo sobrenatural habían estado siempre en la esfera de lo operístico. En la era romántica ganaron terreno; el mito fue sustituido por el cuento de hadas y leyendas. Suben a las tablas temas nuevos: las tinieblas, los sueños, personificaciones de fuerzas naturales, la cósmica “alma del universo” y la noción de que todas las cosas tienen raíces comunes. La ópera romántica va dirigida a una audiencia burguesa y, en consecuencia, utiliza lengua vernácula. Esta tendencia hacia una ópera nacional se vio acelerada en Alemania por el patriotismo; igual que Napoleón había sido expulsado, había que sacudirse de la tiranía del gusto italiano y francés. El año de la caída de Napoleón, 1816, fue un año señalado. Louis Spohr (1784-1859), el virtuoso violinista y director, natural de Brunswick, estrenó una ópera, Faust, en Praga que, al igual que la exótica Jessonda (1823), era una originalísima combinación de tradición e innovaciones formales y armónicas. También se presenta en Berlín la ópera tipo cuento de hadas, Undine, del poeta, músico y autor teatral Ernst T. A. Hoffmann (1776-1822), natural de Könisberg, en Prusia Oriental. Esta partitura era en parte convencional y en parte profética.