
La Madre Teresa sera santa el 4 de septiembre
La religiosa que dedicó la vida al servicio de los pobres y desheredados, Madre Teresa de Calcuta, será canonizada el 4 de septiembre en una ceremonia solemne presidida por el papa, quien la considera un ejemplo de solidaridad y entrega, pero también d
La religiosa que dedicó la vida al servicio de los pobres y desheredados, Madre Teresa de Calcuta, será canonizada el 4 de septiembre en una ceremonia solemne presidida por el papa, quien la considera un ejemplo de solidaridad y entrega, pero también de tenacidad y pragmatismo.
Envuelta siempre en su sari de algodón blanco con un borde azul, Madre Teresa fue durante la segunda mitad del siglo XX el símbolo de la defensa incansable de los pobres. Galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979, será declarada santa 19 años después de su muerte, ocurrida en 1997.
La canonización, obtenida gracias a un segundo milagro registrado en Brasil -una curación inexplicable- se celebrará justamente el año en que el pontífice argentino lo dedica a la Misericordia con un jubileo extraordinario.
La Iglesia Católica de India hubiera preferido que la ceremonia se celebrara en Calcuta, donde pasó buena parte de la vida, pero las autoridades eclesiásticas la programaron en San Pedro, el mayor templo de la cristiandad.
Nacida el 26 de agosto de 1910 en el seno de una familia albanesa en Skopje, capital de la actual república de Macedonia, que pertenecía entonces a Albania, Gonxhe Agnes Bojaxhiu entró en 1928 a formar parte de la orden religiosa Hermanas de Nuestra Señora de Loreto, cuya sede central se encuentra en Irlanda, tomando el nombre de Teresa en honor de Santa Teresa de Lisieux.
La Madre Teresa condujo siempre una vida austera, compartió con novicios y candidatos, trabajó sin descanso.
Allí murió el 5 de septiembre de 1997, a los 87 años.
Dotada del sentido de los negocios, en una ocasión le preguntó al papa Juan XXIII si las riquezas del Vaticano podían ser utilizadas para los pobres.
El papa entonces le donó un Rolls Royce, el cual vendió rápidamente a buen precio en una subasta.
Durante el papado de Pablo VI, la congregación se extendió por el mundo y llegó a fundar casas en América Latina.
La Madre Teresa solía decir que su contribución era solo una “gota en un océano de sufrimientos”, pero que “si no existiera, esa gota le haría falta al mar”.