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Un ‘romance’ que entra en decadencia

El cobijo de la última década blindó a los dirigentes de la transportación. Los líderes gremiales se declaran ahora víctimas de una campaña de desprestigio

Transporte. Dirigentes se reunieron con autoridades, en Quito

Un constante coquetear entre el activismo gremial y la política. Los dirigentes de la transportación desempolvaron esta semana la estrategia de exigir beneficios, vía medidas de hecho, luego de una década de ‘romance’ con el poder de turno.

En la lista de los líderes sindicales que llamaron a la paralización de actividades “por falta de garantías”, según dicen, hay rostros que se repiten desde hace varias décadas. Como en muchos sectores sociales, la renovación tampoco ha llegado a la transportación.

Unos de los más visibles es Jorge Calderón, dirigente del taxismo nacional, que permanecerá 90 días detenido mientras se lo investiga por el presunto delito de paralización de un servicio público.

Como dirigente respaldó al entonces presidente Rafael Correa y condecoró al exministro Walter Solís, quien ahora es investigado dentro del caso Sobornos 2012-2016 por el supuesto financiamiento irregular a las campañas de Alianza PAIS.

Durante la década pasada la tónica fue ver caravanas de buses de transporte interprovincial ingresando a ciudades como Quito o Guayaquil trasladando a centenas de personas para las celebraciones de la autodenominada revolución ciudadana.

En enero de 2017, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) contabilizó el ingreso de 850 buses al Puerto Principal para la celebración de la década de la llegada al poder de Correa. Las cifras de cuánto costó cada movilización nunca se han transparentado.

Abel Gómez, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros del Ecuador y vocero de los transportistas quienes, pese a que el viernes anunciaron que deponían la paralización, ayer no retomaron sus operaciones al 100 %, también ha transitado por la política partidista.

En las últimas elecciones, Gómez terció por la Prefectura de Manabí en representación de la alianza Avanza, Justicia Social, Izquierda Democrática (ID) y Machete.

Ante el aparecimiento de los procesos legales, vínculos políticos y declaraciones de impuestos de los principales líderes de los transportistas, Gómez rechazó “la estrategia implementada por los medios de comunicación y el Gobierno para desprestigiar a los dirigentes de la transportación”.

EXPRESO hizo una revisión en la página del Servicio de Rentas Internas (SRI) de lo que algunos dirigentes han aportado al país en impuestos en los últimos tres años y se encontraron realidades distintas. Ninguno sobrepasa los $ 9.000 de pago de Impuesto a la Renta aunque en algunos casos aparecen como accionistas de más de una empresa.

En otros casos, se observa que ha bajado gradualmente el pago de sus impuestos en los últimos años o simplemente aparece en el sistema del SRI como “la Declaración de Renta no ha sido presentada” (ver gráfico).

Con el Gobierno de Lenín Moreno también ha existido acercamientos de este gremio y sus dirigentes recurrentes. Sin embargo, el cambio de la situación económica y política del país ha hecho que la cuerda siempre esté tensa, al borde de la ruptura, como en esta ocasión.

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