La policía lo interroga sobre los delitos cometidos.

Se ‘encachinaba’ para ‘tumbar’

El implicado decía que venía de una fiesta, pero en su poder le encontraron las pertenencias de una mujer. El robo ocurrió fuera de una farmacia.

Los ‘amigos de lo ajeno’ no tienen límites y se inventan diferentes formas para delinquir. En días anteriores, en la Península varias personas denunciaban en redes sociales que un hombre bien vestido con terno y corbata les había robado.

Entre los comentarios de los hechos posteados se leía que el sospechoso era un joven que a primera vista no parecía antisocial y luego de cometer sus fechorías se confundía entre las personas caminando por las veredas, pues por su apariencia ‘bien pintera’ pasaba desapercibido.

La mañana de ayer intentó nuevamente hacer de las suyas, pero esta vez no tuvo suerte y fue agarrado. Aunque el detenido aseguraba que lo estaban confundiendo, las cosas que tenía en su poder y que no eran de él lo delataron.

El suboficial Juan Naranjo y el vigilante William Araujo, de la Comisión de Tránsito del Ecuador, fueron quienes lo atraparon cuando el acusado intentó darse a la fuga después de haberle arranchado una cartera y un celular a una mujer que compraba en una farmacia.

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La víctima dijo que el individuo se le acercó y jamás sospechó que era ladrón, debido a la elegancia que mostró. Cuando ya estuvo frente a ella la saludó, para luego sacar un arma cortopunzante y quitarle sus pertenencias. Después salió a paso acelerado hacia la calle, donde caminaban más personas.

El hecho sucedió en la avenida 9 de Octubre y calle Guayaquil, pleno centro de La Libertad.

Justo en el momento en que se produjo el atraco pasó el patrullero 316 de la CTE y los uniformados, al ver a la mujer que gritaba “agarren al pillo”, le hicieron un seguimiento y lo atraparon.

“Nos pareció bien raro porque el tipo andaba bien vestido. La gente nos decía que si él era, porque al principio tuve cierta duda. Cuando lo identifiqué me bajé del vehículo. Otros dos ciudadanos, al verme que iba tras el supuesto pillo, corrieron para ayudarme”, relató Naranjo.

“Yo no soy, vengo de una fiesta”, gritaba el aprehendido, que se identificó ante las autoridades como José Pilay, de 28 años. El uniformado le quitó la cartera y el teléfono móvil que se llevaba y se los entregó a la víctima, que permanecía asustada por lo vivido. Después lo embarcaron en el patrullero y lo trasladaron hasta el Centro de Detención Provincial.

A este sitio acudió la mujer que fue objeto de robo, para denunciar el hecho ante la policía.

“Ya no se puede confiar en nadie. Miren a este señor que anda robando con saco y corbata. Ojalá todas las personas perjudicadas lo denuncien para que pague con cárcel sus fechorías”, comentó Rosendo Roca, uno de los curiosos que acudieron a ver lo ocurrido.