De la banalidad de una disputa deportiva, convertida en noticia internacional en razón de la violencia suscitada, a la celebración de una cumbre mundial con los considerados líderes del planeta Tierra, en razón de su significado demográfico y sobre todo económico, la Argentina no ha dejado de estar en la primera plana de los rotativos y en los noticieros de todas las radios y estaciones de televisión del mundo.

En cuanto a la disputa de la Copa Libertadores y sus dos famosos protagonistas: Boca Juniors y River Plate, solo cabe señalar que el fanatismo provocado por el fútbol y la magnitud de los intereses económicos que se mueven alrededor del rey de los deportes, no son asuntos que pueden definirse en un editorial. Se da en ese fenómeno un conjunto de situaciones, en cuanto al comportamiento humano, que atañen a la sicología, a la sociología y también a la siquiatría. No es concebible que una madre vista con bengalas el cuerpo de su hijo, intentando introducirlas clandestinamente en el estadio pero, ocurre. Por el estilo, habrá que ser uno de los aludidos fanáticos para entender su desmesura en las reacciones.

En lo relacionado con la Cumbre del G 20, con tensiones en la calle y algún descuido en la recepción de los presidentes, esta ha transcurrido, hasta la fecha en que se escriben estas líneas, sin ningún acontecimiento no previsto, salvo la cancelación de la cita Trump- Putin, en razón del conflicto entre Rusia y Ucrania, pero también en el marco de las declaraciones del abogado del presidente norteamericano admitiendo que mintió en el Congreso respecto a detalles de la denominada trama rusa.

En cuanto a otro hecho trascendente, indudablemente lo es la presencia de la primer ministro británica Theresa May en Buenos Aires, luego de transcurridos 36 años de la denominada Guerra de las Malvinas.

Otro hecho, en negativo, lo determina el príncipe heredero de Arabia Saudita Mohamed bin Salmán, al que se lo vincula con el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, en Estambul.

Tal cual estaba previsto, se firmó un nuevo acuerdo comercial entre EE. UU., Canadá y México, que le deja un tema resuelto a López Obrador cuando acaba de asumir la presidencia de México, mientras se calienta su frontera en Tijuana.

La Argentina ha recuperado su puesto en el mapa del mundo.