Con los trabajos sobre el cauce del río, en El Tigre y San Isidro esperan que sus casas no vuelvan a inundarse. Hace una semana el río anegó 34 viviendas de estas localidades.

Con limpieza del cauce calman a La Camarona

La senda que sigue el río. Los trabajos evitarán futuros anegamientos en El Tigre, San Isidro, Bajada de Chanduy, Cerecita, por donde confluye La Camarona.

La mañana de ayer era un día de descanso. La retroexcavadora de brazo largo estaba plantada al pie de una de las casas de San Isidro, en el kilómetro 51. Quien la maneja es Jimmy García, uno de los habitantes de este recinto ubicado en la vía a la costa.

“Fueron seis días agotadores”, dice el tractorista, obrero de la Prefectura del Guayas al que le encargaron la tarea de limpiar el cauce del río que la tarde y noche del 12 de marzo se reencontró con su memoria e irrumpió en calles, veredas y viviendas de dos caseríos cercanos: El Tigre y San Isidro.

Algo que no sucedía desde la época de El Niño de 1997 a 1998, cuando según uno de los habitantes de este sector rural, 67 veces sus aguas inundaron el caserío y cortaron el paso por la carretera principal.

La tarde del lunes pasado, cuando el nivel de las aguas había descendido, Jimmy García se internó con la retroexcavadora hacia el lecho de La Camarona y comenzó a reabrirle paso.

En esta primera semana se concentró del lado del río que pasa junto a San Isidro. Profundizó su curso en 1,5 metros.

“En los últimos años el río estaba muy superficial”, dice Roberto Quimí, presidente del Comité Pro Mejoras de San Isidro.

Estos trabajos continúan esta semana del lado de El Tigre. En total, se espera limpiar cerca de tres kilómetros.

La tarde del miércoles, luego de cuatro horas de una lluvia tormentosa que levantó los techos de ocho casas en San Isidro, La Camarona siguió su curso aguas abajo.

“Se portó bien. No molestó a nadie”, dice Quimí, el dirigente.