La licencia profesional dejó de ser exclusiva para los hombres. Cada vez hay más mujeres que se interesan por el riguroso curso, mecanismo para obtener el documento.

Para unas féminas es la posibilidad de tener a la mano un carné que les impida manejar más allá que un automotor liviano. Para otras se convierte en una oportunidad laboral.

Ernesto Varas, director de la escuela de conducción Test Drive, considera que el incremento notorio obedece en parte a la falta de empleo.

“Cuando empezamos con los cursos, entre los inscritos solo un 5 % eran mujeres, ahora el ascenso llega hasta un 20 %”, asegura Varas.

Por ello, en la escuela de conducción han contratado instructoras para que las alumnas se sientan a gusto, en confianza y noten que no existe discriminación de sexo.

Gracias a la licencia tipo C, algunas mujeres laboran como taxistas, otras ofrecen servicio de expreso y hay quienes hacen fletes en camiones livianos. Todas, esperando convertirse en un apoyo económico para sus familias.

Ese es el caso de Karina Loayza, madre soltera de dos hijos, quien maneja una furgoneta escolar.

“Cuando me quedé sin trabajo me vi en la obligación de sacar la licencia profesional, invertir en una furgoneta y hacer que este vehículo me genere dinero. Hoy me siento contenta con lo que hago, me doy tiempo para atender a mi familia, ya que el expreso es por jornadas y sin duda es una gran alternativa”, expresa Loayza.

Los taxis convencionales, ejecutivos, camionetas livianas o mixtas de hasta 3.500 kg, de hasta 8 personas; vehículos de transporte de pasajeros de no más de 25 asientos y los vehículos comprendidos en el tipo B, es lo que permite conducir este carné.

Robert Rentería, dirigente de la Federación Ecuatoriana de Operadores y Mecánicos de Equipos Camineros (Fedesomec Guayas), indica que también existen mujeres que se inclinan por manejar maquinaria pesada: “Son de las más destacadas en su trabajo”, dice.

“No solo buscan la tipo C, sino la E. En Ecuador hay alrededor de 22 mujeres que manejan equipo caminero (camiones extrapesados), de a poco le van perdiendo el miedo a manejar esta maquinaria. Requiere de gran capacidad, pero ellas están demostrando que están aptas para hacerlo”, agrega.

Tienen un doble antecedente que las avala: hay estudios que afirman que son más responsables al manejar. Y estadísticas locales que indican que cometen menos accidentes.

Cofundadora de la Metrovía

Es una persona alegre; te hace notar que realmente ama lo que hace; es carismática y espontánea. Así describen sus compañeros a Maritza Mieles, de 44 años, conductora de la Metrovía desde que este sistema inició su operación hace una década.

Madre de 4 hijos, reconoce que nunca imaginó conducir un articulado.

Al principio se le hacía complicado encajar en un círculo de hombres, pero con el tiempo todo esto fue cambiando.

“Por ser una de las pioneras en este campo, me tienen como imagen de la Metrovía”, dice la conductora.

Considera que las mujeres siempre procuran ser muy responsables en sus tareas. Más, si como en su caso, se trata de transportar a cientos de personas.

Cuenta que su hijo menor está en una escuela de conducción para sacar la licencia profesional.

Él le manifestó que se siente identificado con ella y que le gustaría seguir sus pasos.

Datos

- A nivel nacional

Según registros de la CTE, en lo que va de 2016 ha entregado 10.538 licencias profesionales a mujeres.

- Licencias Tipo C

En Guayas, entre 2015 y lo que va de 2016, un total de 1.078 mujeres han obtenido este tipo de licencia.

- Porcentaje más alto

La provincia de Pichincha registra el mayor índice de licencias profesionales entregadas a mujeres.