Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Las librerias portenas nadan a contracorriente

El año pasado, once librerías cerraron sus puertas en Quito y Guayaquil. La Cámara Ecuatoriana del Libro calcula que entre dos y cuatro establecimientos también cerrarán este año. ¿El motivo? La baja en ventas que ha afectado a este sector.

Pese a esto, las librerías aún trabajan para mantenerse a flote, combinando la venta de obras con estrategias como los descuentos, la organización de talleres de lectura e incluso la venta de suministros de oficina y útiles escolares.

Esta última estrategia suma casi el 75 % del rubro total que ingresa a Librería Científica, una de las más antiguas de la ciudad y que actualmente cuenta con tres sucursales.

“No podríamos subsistir solo con la venta de libros. Este sector se ha visto afectado por el monopolio de las librerías más grandes y también por la tecnología. La gente prefiere bajarse el PDF a comprar la novela. Nuestra filosofía, no obstante, se mantiene, pero la venta de suministros solventa la adquisición de los libros”, comenta Jorge Luna, administrador de la matriz.

Con él concuerda María Paulina Briones, propietaria de Casa Morada. “Quien cree que se puede vivir de vender libros, cree en una utopía. Para que una librería funcione, se debe combinar con una serie de cosas como talleres, presentaciones de autores, garajes de libros. Es una cadena. Con la venta de libros como tal es imposible”.

Briones añade que entre las estrategias que ha implementado está la venta de ejemplares que no es posible encontrar en las grandes librerías.

“Nosotros traemos libros que nadie más tiene, entonces nos hemos convertido en un punto especializado. Esta es una estrategia de supervivencia para las librerías pequeñas y es una tendencia que está creciendo en toda América Latina”.

Margarita Barriga lleva cincuenta años atendiendo a sus clientes en Librería Vida Nueva, que cuenta con dos sedes. Ella indica que la librería ha sobrevivido a varias crisis y asegura que sobrevivirá a esta.

“La función de una librería no es vender, sino servir como un espacio cultural. Si no se ve así, es un negocio que te va a decepcionar. Hay que ser diferentes, hay que ofrecer algo que no se pueda encontrar en otro lado”, señala.

Para Vida Nueva, ese punto de diferencia lo pone su amplia oferta en literatura infantil, así como en libros sobre familia, educación y psicología.

En el sitio también se dictan talleres de lectura para niños. Esto es fundamental para la librera, quien asegura que el futuro del negocio está en estos pequeños lectores.

Una apuesta por lo nuevo y lo popular

Con el fin de mantener la venta de libros, Librería Científica apuesta por los best sellers y las novelas más populares que llegan desde el mercado internacional.

La Española abrirá sedes

El año pasado, dos sucursales de la librería Librimundi cerraron en la urbe. Los locales vacíos, ubicados en los centros comerciales Río Centro Ceibos y Río Centro Entre Ríos, serán ocupados por Librería Española, empresa que hasta ahora solo contaba con sucursales en la capital ecuatoriana. No se ha anunciado aún la fecha de apertura, sin embargo en los letreros que han colocado en los centros comerciales se indica que, a la par de la venta de libros, comercializarán textos escolares y suministros de oficina