Libertad de expresion en riesgo

La reciente elección de medio tiempo, recién cumplida en los Estados Unidos, no fue la ola azul, menos todavía el tsunami que los demócratas esperaban pero, está dando lugar a situaciones de gran significado.

Aunque aparentemente ambos partidos tradicionales pueden atribuirse la victoria, es manifiesto el crecimiento de la adhesión popular a los demócratas, visible en la votación otorgada a los aspirantes a la Cámara de Representantes y en lo disputado de algunas gobernaciones, que requerirán un recuento.

Habrá que esperar a que finalice el escrutinio para intentar establecer conclusiones más firmes pero, como se anticipaba, en el posescrutinio han ocurrido situaciones sumamente llamativas. No es la menor el nuevo tiroteo que deja 12 nuevas víctimas. 307 incidentes de ese tipo se han dado en lo que va del año, causando más de doce mil víctimas mortales.

Sin embargo, lo más ajeno a la tradición norteamericana de respeto a la libertad de expresión ha sido lo ocurrido durante una reciente rueda de prensa. Resultaba inimaginable que durante ella se le intentara arrebatar el micrófono a un periodista que estaba haciendo su trabajo y luego de que “todo el mundo” pudiese ver lo ocurrido se dijera que lo inadmisible era que un reportero le meta las manos a una pasante de la Casa Blanca.

No cabe duda que lo ocurrido es parte de un estilo de ‘reality show’ que, aparentemente, le ha brindado buenos réditos electorales al nuevo presidente, que acaba de cumplir dos años de imparables críticas a los medios de comunicación colectiva. No obstante, la reacción a partir de los recientes acontecimientos, con Cámara de Representantes con una nueva mayoría, saca al incidente comentado del ámbito de lo folclórico y debe llamar la atención en su significado de libertad de expresión en riesgo en uno de los países que contribuyó a concebirla y estimarla como uno de los pilares fundamentales de la democracia, forma de gobierno que los padres fundadores de esa nación decidieron adoptar, proteger y perfeccionar una vez lograda la independencia.

Mirando desde el Ecuador, que acaba de superar en parte una situación que pretendió abolir la libertad de expresión, y conociendo de la influencia de Estados Unidos en el acontecer mundial, no cabe mirar lo ocurrido como intrascendente. El hecho debe ser repudiado.