Liberalismo

El ensayo ideologizado de Vargas Llosa intitulado “El llamado de la tribu”, presentado el lunes pasado en Guayaquil por el autor, nos permite participar e impulsar un debate, no desarrollado en la Academia ni en el sistema político ecuatoriano, sobre las doctrinas políticas y las prácticas sociales cotidianas de los actores políticos y sus imaginarios , que generalmente se han confundido sin destacar la especificidad de cada uno y de su desenvolvimiento articulado en los diferentes momentos históricos.

Las doctrinas políticas son pensadas y producidas en y para contextos históricos muy concretos, sus pensadores políticos y económicos ingleses y los iluministas franceses produjeron para sus circunstancias y entornos, sus impactos y resultados sólo se perciben y pueden destacar en “larguísimos plazos”, imponiéndose después de cruentas luchas y conflictos políticos y sociales, como fue el caso concreto del liberalismo en Occidente, particularmente en Europa. La lucha del Liberalismo fue contra el absolutismo monárquico, en sus etapas revolucionarias alcanzaron grandes conquistas políticas, sociales, culturales e institucionales particularmente en el contexto del naciente capitalismo y en la implementación y consolidación de las primeras revoluciones industriales.

Las doctrinas políticas intentan ser integrales y tienden relativamente hacia la universalismo, lo que hace se presenten las diversidades y diferencias entre sus actores, ya que cada uno responde según su contexto específico y características reales de su formación social. El liberalismo latinoamericano que se impulsa con las guerras de independencia y la conformación de las nuevas repúblicas va a tener unas particularidades y señas de identidad que nos impiden hacer generalizaciones, por un lado, y, por otra parte, nos presentan las situaciones en las que actúan cotidianamente.

Finalmente, la permanencia de la democracia representativa dependerá de la lucha que los actores hagan de la misma frente a la amenaza creciente del ultraderechismo, al estilo Bolsonaro o Trump, que otea en el horizonte con la evolución del histórico liberalismo en neoliberalismo.