Generaciones. Mariuxi Criollo junto a su pequeño han estudiado en el plantel unidocente.

Lenin Moreno anuncia reapertura de escuelas rurales

El plan del Gobierno empezará con mil en este año y otras mil en 2020, pero no llegará a las 7.000 cerradas por el correísmo.

La reapertura de escuelas rurales no llegará a las 7.000 que cerró el correato. El Gobierno de Lenín Moreno ofrece rehabilitar mil en el primer año y dos mil hasta el 2020. El proceso empezará en los sectores más pobres. Se han escogido las zonas rurales de Cotopaxi, Chimborazo, Bolívar, Esmeraldas y la Amazonía, anunció el ministro de Educación, Milton Luna. Pichincha y Guayas aún no son tomadas en cuentas en este proceso.

El Gobierno decidió que este año se cumplirá con la reapertura de mil escuelas, con una inversión de 70 millones de dólares. Una segunda fase se cumplirá en 2020, con un número similar de instituciones educativas en todo el país y un presupuesto igual.

Luna recordó que durante la época del correato se cerraron 7.000 instituciones educativas a escala nacional. Reconoció que a pesar de los esfuerzos que se haga, solo podrán reabrir dos mil del total que se cerraron.

¿Qué harán? Luna explicó que en un mes estará listo el mapeo para identificar a las escuelas comunitarias que volverán a abrirse. Afirmó que el proceso se lo irá haciendo paulatinamente, y para ello trabajarán directamente con las comunidades. “Al momento en el ministerio existen más de 1.000 solicitudes de comunidades que piden la reapertura, y con este número vamos a iniciar para este año”, afirmó.

Ademas, señaló que en este trabajo también se está conversando con los Gobiernos Autónomos Descentralizados y el sector privado, para lograr acuerdos y que este proceso se cumpla de manera más ágil y oportuna.

El ministro de Educación no quiso adelantar cuántos alumnos se moverán, ni tampoco se refirió de los profesores. “Necesariamente habrá una racionalización, reestructura y reorganización del personal docente en el territorio”. Aclaró que se contratará a más profesores en caso de ser necesario.

Sobre la reducción de la carga administrativa de los docentes, Luna confirmó que entre el 50 y 70 % del tiempo de los maestros se “desperdicia” en trámites administrativos. El subsecretario José Brito explicó que los profesores realizan 65 operaciones administrativas, de las cuales solo seis se relacionan directamente con su labor académica.

Al respecto, el ministro dijo que la reducción de esta carga será de entre el 5 y 10 %, para que los profesores se dediquen al aula, a estar con los estudiantes. “Vamos a recuperar al docente ecuatoriano”, aseveró.

Precisó que en el ámbito administrativo, en el caso del régimen Costa, los maestros en el nuevo año lectivo que empezará en abril ya tendrán que someterse a la nueva estructura.

En tanto que en la Sierra y la Amazonía el proceso será paulatino, estableciendo los parámetros de qué procesos se pueden ir desvinculando inmediatamente los docentes. “Vamos a ir eliminando esta carga administrativa, orientando a quien cumplirá con esas obligaciones”, sentenció el ministro.

Para recuperar los valores

Lista la reforma curricular

Los últimos hechos de violencia que ha vivido el país en las últimas semanas (asesinatos, femicidios) determinaron que el Gobierno decida llevar adelante, desde el sector de la educación, un cambio en el modelo para la inclusión de la formación en valores.

El ministro de Educación, Milton Luna, explicó que se va a aplicar un “afinamiento” de los pénsums, sobre todo en lo que es Estudios Sociales.

Además, se pondrá más énfasis en el desarrollo de las capacidades ciudadanas, dotando a los estudiantes e instituciones educativas de instrumentos necesarios para que puedan ser utilizados no solo en el aula, sino también fuera de ellas, en actividades sociales.

Se activarán instrumentos que estaban ya diseñados, como son los acuerdos de convivencia. Y se impulsará la participación de la escuela en la comunidad y la familia.

Estudiar en una escuela rural

“Ir a la ciudad nos cuesta más que aquí en el recinto”

Pozas de aguas estancadas y vías inaccesibles copadas por lodo son los principales inconvenientes al llegar a la escuela de educación básica Santa Teresita de Jesús de Ávila, ubicada en el recinto Las Chacras del cantón Lomas de Sargentillo, en la provincia del Guayas. El plantel es uno de los pocos centros educativos que se mantuvieron con la modalidad de clases impartidas por un solo docente en la provincia guayasense.

Aproximadamente 40 menores reciben las clases en el plantel, quienes provienen de este recinto y de los alrededores. La jornada empieza desde el trayecto que realiza todos los días la maestra desde su natal Isidro Ayora hasta llegar al establecimiento.

A partir de las 07:00 llegan los menores al plantel, la mayoría solos y otros en compañía de sus representantes. En las aulas no hay mucha diferencia, todos se dividen en tres salones. La clase finaliza aproximadamente a las 12:30, pero como ahora están en exámenes, han salido temprano.

Los representantes de los estudiantes ven con buenos ojos que el plantel haya sido siempre unidocente y quede cerca de sus comunidades, aunque lamentan que sea la única opción que tienen para que sus hijos reciban la educación básica.

“Ir a la ciudad nos cuesta porque las tricimotos no quieren entrar por el problema de la vía. Las niñas caminan solas hacia el río y es peligroso pasar por el puente. Es difícil la entrada y salida de los niños, pedimos que el Gobierno mejore la vía de acceso”, manifestó Mariuxi Criollo, quien se educó en la escuela y actualmente lo hace su hijo.

El afluente que menciona Criollo aumentó su cauce por la temporada invernal y también ha causado problemas a los moradores, ya que interrumpió una vía que frecuentaban para llegar al centro educativo.

Gloria Méndez, representante de otro de los menores, asegura que no le favorece que su hija estudie fuera del recinto. La principal querella es el gasto económico. “Para salir a la ciudad hay que pagar pasajes y hay muchos niños que pierden las clases porque no pueden viajar”, explica.

En las inmediaciones del centro educativo hay un pequeño parque que sirve como área recreativa, pero las lluvias han hecho que el óxido consuma algunos elementos y los infantes opten por ya no jugar.

Los moradores han sido testigo del cambio que ha tenido el plantel. Evocan que en primera instancia se lo conocía con otro nombre y estaba construido de caña; luego vino el concreto. La autogestión y mingas por parte de los habitantes de los alrededores también han ayudado a levantar el centro educativo. JPM