Lo legal, legitimo y moral
Expresar que determinado acto o actividad, siendo legal es ilegítimo o inmoral, es una opinión que necesita ser analizada con lógica formal y criterio jurídico.
Por norma general, lo legal es legítimo y moral. Por excepción, existen actos que siendo ilegales podría alguien considerarlos legítimos, o que siendo legales y legítimos, los consideren inmorales si los relacionan con la idea del derecho natural, religión o a la subjetividad personal. Así, el robo es ilegal, pero el robar para alimentar a su familia, alguien puede considerarlo legítimo por atender el derecho de alimentos de sus familiares. El aborto o matrimonio igualitario es ilegal en la mayoría de legislaciones, pero grupos activistas los vinculan con el derecho natural de las personas y por tanto los creen legítimos; por el contrario, la gran mayoría de ciudadanos los consideran además de ilegales, como ilegítimos e inmorales. Esta dicotomía también se produce en el caso de Julián Assange.
Según el Diccionario Jurídico de Guillermo Cabanellas, “legal” significa mandado por la ley, que se encuentra contenido en ella o conforme a su letra o espíritu. Es sinónimo de lícito o “legítimo”, que significa ajustado a derecho y por tanto arreglado a justicia o razón.
Lo “moral”, en cambio, según el mismo autor, es un adjetivo abstracto relativo a la percepción o valoración del entendimiento o conciencia de cada persona, perteneciente a su fuero interno y responde a convicciones, ideología, cultura e impulsos sociales; no origina sanción legal y es la contraposición a lo jurídico. Lo inmoral es contrario a lo moral.
La norma cambia su naturaleza según se aplique en el sector público o privado, ya que en el derecho público solo se puede hacer lo expresamente permitido, mientras que en derecho privado se puede hacer todo lo que no está expresamente prohibido. Cuando las personas no pueden o no quieren diferenciar el ámbito de acción de la norma y confunden lo público con lo privado, o lo ilegal con ilegítimo o inmoral, convierten al derecho y a la norma jurídica en sofisma, induciendo al error y criterios negativos en los ciudadanos.
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