Participación. El martes último, la labor comunitaria se concentró en las calles Coronel y Maldonado.

“Terminas consciente de que no puedes repetir ese error”

Infractores e involucrados en accidentes de tránsito remedian su mala acción con labor comunitaria. La mayoría asegura que sale aprendiendo la lección.

La presunta irresponsabilidad de un motorizado le costó al conductor Pedro Arichabala 40 días de prisión, 10 puntos menos en la licencia, una indemnización de 3 salarios al chofer culpable (que sufrió heridas) y una multa de tres remuneraciones.

Lo consideró injusto, pero fue parte de la resolución de un juez por un accidente de tránsito donde, el pasado 17 de noviembre, un motorizado en estado de embriaguez se estrelló con el auto de Arichabala luego de invadir el carril a exceso de velocidad.

Como medida sustitutiva, la última disposición que deberá cumplir el agente de seguridad son 90 horas de labor comunitaria en Educación Vial.

Un chaleco retrorreflectivo y una gorra blanca con el logo de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) son desde hace tres meses parte de su indumentaria diaria. Y lo serán durante otros 90 días, sin que afecte sus labores cotidianas (los horarios de las clases se ajustan a las actividades laborales de los infractores).

Para Arichabala, esa experiencia le ha dejado tres mensajes: que debe manejar con más precaución; que aún falla la justicia, como en su caso (puesto que, asegura, fue sancionado por haber un herido, mas no porque tuvo la culpa); y que es necesario la promoción de la Educación Vial.

“Es uno de esos momentos en que te das cuenta cuánto le importas a tu familia. Ellos me dieron el respaldo que necesitaba, al igual que mis superiores, más aún cuando todo lo que estaba viviendo me parecía irrazonable”, comentó el celador a EXPRESO.

Como él, otras 34 personas cumplen con la labor comunitaria bajo la coordinación de la Dirección de Educación y Seguridad Vial de la ATM. Entre las actividades que deben cumplir consta la capacitación en normativas de tránsito, las ferias de Seguridad Ciudadana y la colaboración en el cruce seguro de peatones.

El mediodía del martes último, las actividades de uno de los grupos se concentró en las calles Coronel y Maldonado.

En turno de dos se ubicaron en el centro del paso cebra, donde exhibieron señales de Pare para solicitar a los conductores, por cerca de una hora, detener la marcha de los autos y facilitar entonces el cruce a los transeúntes.

Una de las paletas la sostenía Gustavo Cueva, un profesor de un colegio que debe cumplir 110 horas de servicio comunitario como parte de la sanción que recibió por protagonizar un accidente de tránsito luego de no respetar un disco Pare. Ocurrió en octubre pasado en el centro de Guayaquil.

Confiaba que por sus 15 años de experiencia en el volante no le iba a pasar factura. Al final perdió 5 puntos en la licencia, canceló $ 900 para la atención médica del chofer del auto afectado y permaneció detenido un día. “El plantel me ayudó con la aprobación de una solicitud para ingresar una hora después, pues de aquí salgo prácticamente corriendo para dictar mis clases”, precisó.

La lección que aprendió el catedrático, al igual que la de otros contraventores que pidieron a este Diario no se publique su nombre, menos aún sus fotografías “por vergüenza” (no quieren que sea pública su infracción); radica en el riesgo que representa no respetar las señales de tránsito.

Para Segundo, un taxista de 59 años que permaneció detenido 45 días por conducir luego de consumir alcohol; el aprendizaje en cambio se centró en conducir con los 5 sentidos bien puestos”.

“Gracias a mi hijo, que ahora está a cargo del taxi, tengo algo de ingreso. Pero es difícil, ahora veo los efectos”, expresó, asegurando que debe ahora acudir a un curso para recuperar los al menos 20 puntos, que le permitirán estar al frente de un volante.

Para el director de la Unidad de Educación y Seguridad Vial, Enrique Varas, los infractores finalizan el curso conscientes de que respetarán las normas de tránsito, ya que de acuerdo con el Código Orgánico Integral Penal, de cometer otra infracción, ya no podrán realizar labores comunitarias. Las penas serán mayores.

Y aunque el hecho de que hagan conciencia sirve, precisa el experto en salud mental Gino Escobar, el impacto será mayor si se educa a la población desde la infancia e incluso desde las aulas. “Que desde pequeño uno sepa cómo actuar y por qué, evitará todas las sanciones. Por ello este tema debe abordárselo desde casa, pero también desde el aula”, advierte.