Sobre “El Estado soy yo”

la historia pone estas palabras en boca del célebre rey de Francia Luis XIV, monarca extravagante, de la etiqueta denominada pelucones.

Es difícil establecer con exactitud en qué ocasión el rey pronunció esta frase que resulta muy significativa como expresión de una idea común en el siglo XVII, del derecho divino de los reyes y su “poder ilimitado” sobre sus súbditos o sus gobernados. Esta famosa frase no ha perdido actualidad en los gobiernos presidencialistas de izquierda del siglo XXI, parecidos a una monarquía absoluta, y hasta en algunos casos en América, Cuba, Nicaragua, con familiares incluidos en sucesión perenne en supuestas democracias.

Francisco Landucci Carballo