Intervención. La mayoría de los vehículos retenidos en el primer día del operativo es de alta gama (lujo).

“Prima un comportamiento de irrespeto a las normas”

Infracciones como hacer doble columna, pasarse la luz roja o estacionar en sitios indebidos son comunes en zonas donde no hay vigilantes.

Una vez más, tras sus disposiciones y plazos no acatados, las autoridades deben recurrir a las multas y clausuras. Al igual que en otros temas, como la prohibición de circular a exceso de velocidad en avenidas de la urbe; de invadir el carril exclusivo de la metrovía; o de ocupar las zonas de parqueo asignadas a las personas con discapacidad, la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) inició los operativos para impedir la circulación de automotores sin placas y para que los negocios que venden motocicletas se registren.

En este último caso, tal como informara ayer EXPRESO, en los 15 días de plazo que otorgó la institución, solo una empresa inició el trámite.

Manuel Capella, magíster en Psicología Social y aspirante a doctor (PhD) en ese campo, ve detrás de este tipo de comportamiento una cuestión cultural.

“Es lo que popularmente se denomina ‘la cultura del sabido’. Aquí se valoriza el ser sabido como ser chévere; en cambio, el que cumple y respeta las normas y las disposiciones es visto como quedado”, explica el catedrático e investigador de la facultad de Psicología de la Universidad de Guayaquil.

Capella establece tres niveles o ámbitos de comportamiento; el macro o general; el familiar y de trabajo; y el individual. Cree que en el segundo es donde más se puede educar y corregir.

El sociólogo Dalton Espín, autor de estudios sobre el comportamiento del guayaquileño, coincide en que “existe una cierta ingobernabilidad relacionada con la resistencia a acatar y cumplir las normas”.

De manera similar, considera que, en general, existen tres ‘niveles de subjetividad’ en la población guayaquileña. Los diferencia de menor a mayor por el nivel educativo y el interés o conocimiento que tienen de los aspectos políticos, culturales y sociales de su entorno.

A su criterio, en la ciudad es mayoritario el primer grupo.

También suma como factor la heterogénea composición de la población de la ciudad por su histórico origen inmigrante.

A la suma de esos aspectos atribuye el comportamiento social. “El individualismo y el irrespeto es lo que impera”.

Al final, ambos señalan a la educación en valores como la vía para cambiar esa actitud.

Capella reconoce que, por el momento, también sirven las multas y sanciones. Sobre todo para los sectores de menores recursos económicos.

“Las sanciones funcionan bien como reforzadores de las normas. Cuando nos toca meternos la mano al bolsillo lo pensamos dos veces”, acota.

En esto coinciden las autoridades de tránsito, aunque reconocen que no es lo ideal.

“Es verdad que las multas son altas, pero no es porque queremos recaudar, sino que sean disuasivas; si les tocara pagar 10 o 20 dólares no acatarían”, asegura Andrés Roche, gerente general de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), sobre la sanción para los carros que circulan sin placas.

“La gente debe entender que la idea no es que haya un vigilante detrás de cada usuario”, reitera José Gálvez, director ejecutivo de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).

NT-JP

Los carros sin placas

Quince vehículos retenidos

Tres patrulleros, 6 motocicletas y 18 agentes destinó ayer la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) en el inicio de los operativos contra los vehículos que circulan sin placas.

El primer control se realizó en el km 7 de la vía a la costa, siendo retenidos 11 automotores.

La segunda intervención se desplegó en la avenida Pedro Menéndez Gilbert, donde se retuvo 4 automotores.

La mayoría de las unidades son de alta gama (lujo) y tienen menos de un año circulando. También hay vehículos de entidades estatales.

“No me entregan las placas”, “Iba justo a colocarlas” o “Se me extraviaron”, fueron algunos de los argumentos de los dueños.

Las unidades permanecerán retenidas 7 días y el propietario multado con un salario básico unificado (375 dólares).

La ATM verificó el registro de los almacenes de la avenida Portete que venden motos, a fin de que las unidades salgan matriculadas y con placas.