“Cuando no estamos preparados para la muerte, sentimos miedo”

Sabemos que en noviembre la Iglesia nos invita a ofrecer sufragios por los fieles difuntos. Las misas, oraciones y el Santo Rosario nos permitirán estar más unidos a los seres queridos que nos han precedido. Tenemos que reflexionar y aceptar que cuando nos apegamos a la vida, queriendo permanecer en la tierra para siempre, es porque no nos preocupamos para nada del reino de Dios.

Debemos enfrentarnos al hecho más importante de esta vida: “vivo para el Cielo o para el infierno”. Es mi vida terrena la que mostraría cuál ha sido mi elección. Si no nos preparamos para la muerte mediante una buena vida es porque no queremos salvarnos.

No dejemos para más tarde el arrepentimiento y el propósito de enmienda como lo ofrecemos en el Sacramento de La Confesión.

Las cruces y sufrimientos que soportamos en la tierra, se convertirán en alegría, cuando estemos en la presencia de Dios a la que todos queremos llegar. Cuando no estamos preparados para la muerte sentimos miedo, es lo que siente un mal estudiante cuando se acerca un examen que no lo preparó.

Estemos conscientes de que: “Muerte-Juicio-Cielo- Infierno” son los 4 últimos acontecimientos hacia los que nos dirigimos todos cada hora del día y de la noche. La paz de la buena conciencia la tendré si sabiendo lo que Dios quiere de mí he tratado de ser así, obedeciéndole para que brote la Fe. “Solo por la Gracia de Dios estamos vivos”.

Martha Reclat de Ortiz