“El tiempo no perdona”

A lgunos seres humanos se suavizan con la edad. Son como el vino. Pero, otros se agrian como el vinagre. Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado, con cuarenta el rostro que les ha dado la vida, y con sesenta el que el se merece. Conoce el verdadero valor del tiempo y disfruta cada momento de él. Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma. Por cada minuto de enojo, perdemos sesenta segundos de felicidad.

El tiempo no perdona, nos carcome, nos absorbe y sus defectos son tan palpables en el exterior como en el interior, sino mírate al espejo. Es tu fiel testigo deja marcas que ni las más altas tecnologías médicas pueden difuminar.