Las mujeres ecuatorianas siempre han mantenido una dura lucha por la igualdad en la política, pues consideraron que no solo es un asunto de hombres. Matilde Hidalgo de Procel fue la primera mujer que exigió el derecho al voto en 1924, pero el voto fue obligatorio para las mujeres en 1961. La Ley de Cuotas obligó en el 2006 que en los comicios se integrara un mínimo de 45 % de mujeres, luego el Tribunal Supremo Electoral subió la cifra al 50 %. En el 2010 se presentó un plan para integrar a mujeres afros e indígenas, incluyendo un 15 % de ellas, para la aplicación de la política de género contra el machismo y la violencia.

El machismo ha sido el enemigo de las mujeres en la política, Juana Vallejo, primera gobernadora de la provincia del Guayas, declaró que tanto el partido Izquierda Democrática como sus dirigentes eran machistas. La expresidenta encargada Rosalía Arteaga atribuyó a los congresistas machistas haberle negado la continuación en el poder después de la destitución del presidente Abadalá Bucaram. A Cecilia Calderón, exdiputada por el Frente radical Alfarista, le molestaba que no se tomaran en serio las opiniones de las mujeres.

Pues bien, la mujer ecuatoriana está preparada para liderar y no solo para atraer votación o servir de apoyo.

Lic. César Burgos Flor