Trabajo. Magdalena González vende comida rápida para ayudar a su hijo y su nuera, que no tienen un trabajo estable. Colabora con la alimentación.

“Mejor vivir asi que volver a Cuba”

Magdalena González es cubana. Ayer por la mañana estaba sentada en un banco frente a la cocina en la que prepara salchipapas. Dice que, a pesar de la difícil situación económica que atraviesa, no quiere regresar a su país.

Magdalena González es cubana. Ayer por la mañana estaba sentada en un banco frente a la cocina en la que prepara salchipapas. Dice que, a pesar de la difícil situación económica que atraviesa, no quiere regresar a su país.

Llegó a Ecuador hace casi un año, “vendiendo todo lo que tenía”, cuenta a EXPRESO. Comparte el local -ubicado en el sector de La Florida, en el norte de Quito- con una venezolana para poder pagar el arriendo.

Las ventas son muy bajas, se lamenta. Dice que no hay trabajo y, por eso, ahora vende comida rápida. Con lo poco que gana apoya a su hijo con la leche para sus nietos. “Prefiero vivir así que regresar a Cuba”, dijo ayer a EXPRESO.

Magdalena es una de los casi 5.000 cubanos que, según sus cifras, están en el país. Un grupo que intenta conseguir una visa humanitaria para ir a EE. UU. llevó su protesta a la calle y ahora corre el riesgo de ser deportado.

Ella no está de acuerdo con la forma del reclamo. Sin embargo, los justifica: “no tener ni un centavo ni para comer hace que se actúe de esta manera”. Y aboga por sus compatriotas. “Pónganles una multa, pero no los deporten, eso sería aún más grave”, dijo.

Carlos Valdospinos, piloto de profesión, coincide con ella. En el mismo barrio, él conversaba en la calle con el arquitecto Juan Antonio Mondeces. Los dos son cubanos y acababan de comprar pan y leche. ¿De qué hablaban? De la situación de sus compatriotas que ahora están en manos de la justicia.

Tampoco están de acuerdo con la ‘forma’. Los dos dijeron a EXPRESO que no están en posición de juzgar, pero que tal vez había otro camino para lograr su objetivo.

Carlos está sin trabajo y solo “hace cachuelitos” en diferentes oficios para sobrevivir. Él no está dispuesto a regresar a Cuba, no quiere dejar Ecuador. ¿La razón? Contó que su esposa, cuando vivían en la isla, tenía ataques de asma, pero desde que están en el país, hace año y medio, no ha sufrido de estos síntomas.

Juan Antonio tiene un trabajo en una constructora y quiere traer a su esposa. Él tampoco está de acuerdo con la deportación de sus compatriotas.

“El que se quiere ir que lo haga de forma legal”, dijo más enérgico Arnoldo Vidal. Él es chef en un restaurante de La Florida. Cree que sus compatriotas pensaron que iba a suceder lo mismo que en Costa Rica o Panamá, cuando las cosas aquí son totalmente diferentes. Está agradecido con Ecuador, dijo.