Lo que los mantiene unidos no es su amor por la democracia, sino la necesidad de mantener a flote su sistema político corrupto, que no quieren alterar porque les sirve a sus intereses.

Pero, a la hora de la verdad, estas falsas élites “revolucionarias” que se han apropiado de pedazos del Estado para manejarlos a su libre albedrío no tienen diferencias políticas ni ideológicas cuando se trata de defender sus privilegios.

Eso de bueno tiene la consulta convocada por el presidente Moreno: por un lado nos recuerdan entre otros, cuales son los verdaderos dilemas del país y por el otro desnudan a los falsos demócratas revolucionarios.

Esta élite “revolucionaria” quiere volver al poder en el 2021 y no propiamente por cuenta de sus ideas ni de sus propuestas, la mayoría de las cuales no la conocen ni sus propios militantes. Su estrategia para retomar el poder es tan primaria como peligrosa, sin precedentes en la historia del país, no es que buscan mantener la institucionalidad del país, ni proponen la construcción de nada, sino la destrucción de todo lo que sirva para proclamarse los salvadores de la patria.

Señor Director, su truco es hacer creer a los ecuatorianos que nada en el Ecuador de hoy sirve; que ahora este país es inviable; y que su caudillo es la única estirpe política capaz de gobernar la Nación.

Eco. Mario Vargas Ochoa