Es la cara del Gobierno Corporativo en el Ecuador. A su criterio, la mujer ha ganado espacios en diversos segmentos empresariales pero todavía debe vencer sus miedos.

¿Cómo lograr una mayor integración de la mujer en cargos directivos?

En Europa hay cuotas obligatorias que se deben cumplir, en el Ecuador no. Personalmente no soy amiga de las cuotas. Creo que las mujeres deben llegar sobre la base de un gran esfuerzo y mucho estudio, no porque haya un porcentaje. Ahí existe el peligro de que se escoja personas sin méritos suficientes.

Si no se establecen cuotas, ¿cuál es el camino?

Cuando una mujer quiere llegar al más alto nivel debe tener claro el propósito y redoblar esfuerzos. Debe compartir las obligaciones del hogar y las laborales. Además, debe combatir sus propios miedos y vencer el sentimiento de culpa de no poder dar el suficiente tiempo a los hijos porque sí sabemos dar el espacio para la familia. Ellos son lo más importante.

¿Cómo ha sido la experiencia personal en ese tema?

He logrado el equilibrio porque tengo el apoyo de la familia y de mi esposo. Mis hijas se criaron viendo eso. Yo me crié viendo que la lucha de género no era importante. Lo importante es la superación personal.

¿Cómo organizar el tiempo de familia y el del trabajo?

Inventé una metodología. Mis dos hijas llegaban del colegio y me llamaban a la oficina para coordinar las tareas. Yo tenía una copia de los libros que ellas usaban para revisarlos juntas. Cuando llegaba a casa, ellas exponían su trabajo. Ahora tengo dos hijas con mucho sentido crítico y analítico.