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“No hay preguntas tontas”

Hay personas que se quedan con las ganas de saber algo pero, por orgullo, no “se rebajan” a preguntar porque creen que lo saben todo o no quieren mostrar debilidad; otros, por temor a quedar como tontos o ignorantes; o por aparentar desinterés en el tema. Jesús era bien preguntón, como se ve en algunos pasajes bíblicos; y, como no era tonto, cuando los fariseos le hacían preguntas capciosas, les respondía con otra pregunta y los dejaba como locos; hasta en la cruz, sin reproche, le preguntó al Padre: ¿por qué me has desamparado? No hay preguntas tontas, tonto es el que no pregunta; el que quiere aprender y saber tiene que preguntar para obtener información y conocimiento.

Miguel Ulloa Paredes